. Respecto del bien público que pretende representar la
educación, un aspecto primordial es la formación de ciudadanos y el
reforzamiento de los principios humanos y valores sociales que debemos
sustentar como individuos dentro de nuestra sociedad.
La familia es la base y el pilar fundamental desde
donde se cimienta los futuros espacios de asociación de niños, niñas y jóvenes,
por lo que, padres, madres y/o apoderados somos los principales responsables de
la educación de nuestros hijos, y, ningún órgano, sea el Estado o privado no
puede ni debe ser indiferente al lugar que le corresponde a las familias en el
proceso educativo.
El rol subsidiario del Estado no sustituye el rol que debemos cumplir las
familias, especialmente aquellas que no cuentan con los recursos y más
desamparadas, sino entregar los medios para poder cumplir con esta obligación,
garantizando de esta forma el derecho, para hacerlo conforme a la realidad socio
cultural de cada una, acompañado de las medidas adecuadas para que las familias
tengan la posibilidad de cumplir su rol de la mejor manera, involucrándose
activamente en los procesos de enseñanzas y aprendizaje por medio de la
participación en sus comunidades educativas, de modo co ayudar en la labor de
educar. Hacia ya debemos propender a dialogar en los actuales procesos de las
eventuales nuevas bases Constitucionales y acuerdos sociales, donde la familia
debe tener un valor prioritario donde se fortalezca principalmente el derecho a
un buen salario, un trabajo digno y una salud de calidad, de modo las familias
puedan asumir su rol prioritario de educar.