Como seguramente esto no será leído por niños pequeños, podemos hablar francamente de la no existencia de Papá Noel o sus alias: Colacho, San Nicolás, Santa Claus, el Viejito Pascuero y otros nombres más extraños para los hispanohablantes, como Ded Moroz, Joulupukki, Jultomten, Babbo Natale, Weihnachtsmann o Nikolaus, entre otros.
Sin embargo, su no existencia también es algo discutible porque, si pensamos un poco, todo el mundo lo conoce, lo espera y lo festeja, así que, para no existir, realmente tiene mucha presencia.
Un poco en broma un poco en serio, en realidad, este mito o leyenda tiene mucho que enseñar a los emprendedores, así que comencemos el repaso.
Su presencia de marca es indiscutible.
Basta ver algo rojo y blanco para que nos remita a su figura, y la sola pronunciación de su nombre nos hace pensar en su servicio, que es dar regalos.
Su servicio se cumple siempre en tiempo y forma, a pesar de las quejas de algunos niños de no haber recibido lo que pidieron.
Esto siempre es debido al cambio del pedido hecho por sus padres, así que no podemos achacárselo a él, pero él se hace absolutamente responsable ante sus pequeños clientes.
Su trabajo en equipo es envidiable, sus gnomos o duendes, sus renos, la señora Claus y todos los padres del mundo que respetan la tradición, trabajan en concordancia, sin peleas ni retrasos.
Su plan de continuidad de negocios es perfecto.
No hay eventos climáticos, chimeneas chicas, rejas de balcón o cerraduras que le impida efectuar sus entregas.