El continente americano reúne el 37% de los homicidios de
todo el planeta. Casi todos ellos ocurren en América Latina, que concentra
apenas 8% de la población mundial (BBC, 2019). América Latina Acoge 43 de las 50 ciudades más violentas
del mundo. Aparte de los estragos causados por el crimen organizado y las
pandillas, la violencia de género es una lacra gravísima que se cobra la vida
de nueve mujeres cada día (El País, 2019).
Existen diversas causas las cuales
dan como consecuencia un elevado nivel de violencia dentro de la sociedad
latinoamericana, desigualdad, pandillas, machismo, falta de oportunidades etc.
pese a que las causas de la violencia son de suma importancia para el conocimiento
de esta región, la reacción de estas sociedades en cuanto al tema es de suma
importancia, ya que, es lo que impulsa de cierta manera a que no se busque, con
mayor fuerza, un cambio en el panorama latinoamericano.
En los diferentes países de América
Latina escuchar noticias de homicidios es algo de todos los días, llega a ser
tanta la violencia que se ha desarrollado lo que se ha denominado Cultura de la normalización hacia
cualquier tipo. ¿Cómo surge? si bien, muchos podrían ubicar en América Latina a
la cultura de la normalización como un mecanismo de supervivencia hacia la
violencia que va en constante ascenso en los diferentes países que la
conforman. Mecanismo de supervivencia, ya que es tanta la impunidad que se le
da a los implicados en cometer el crimen ya sea la corrupción que llega a
envolver el mismo o la misma incompetencia de las instituciones por dar una
solución. “La
brecha entre las altas tasas de homicidios y las bajas tasas de condenas en
2016 fue más amplia en las Américas, donde sólo había 24 condenas por cada 100
víctimas” (BBC, 2019).
Cuando vives en un contexto de constante violencia y
ninguna medida de protección que es lo que sucede en distintas partes de América
Latina, algunas son mucho mayor que en otras, pero no quiere decir que no
exista. Hay lugares en donde la violencia está tan presente, que ni el Estado
puede entrar y normalizar toda acción de violencia es una necesidad para
sobrevivir, ya ni hablar de una vida digna en estas instancias.
Un ejemplo de este tipo de vida fue capturada por seis
periodistas que se dedicaron a la investigación viajando por lugares como El Salvador, Honduras y Nicaragua, Crónicas
negras es el nombre y cuentas dieciocho historias, con una cultura de violencia
que quienes han sido privilegiados no pueden ni imaginar, una de estas historias
es la de Yo violada y en resumen cuenta la historia de Magaly Peña la violaron
no menos de 15 pandilleros durante más de tres horas, y lo más impactante es
que este tipo de acciones son normalizadas por esa sociedad, instituciones,
amigos, familia no pueden hacer nada dado el gran poder que tienen y la violencia
con la que se rigen. Por lo que, para Magaly no fue algo nuevo que no le pasaba
a cualquiera, sino es hasta sabido que a muchas mujeres les puede pasar, esto
es en el Salvador y es solo uno de los muchos ejemplos de violencia dentro de América
Latina.
La violencia transforma las
condiciones de vida de quienes la sufren en precarias, eliminando así también
la sensación de empatía hacia muchos otros hechos, ya que ¿qué más se puede
hacer en una sociedad donde no existe un respaldo?, donde la violencia se ha
vuelto parte de su identidad como países, donde son conocidos por las
diferentes etapas de gran violencia a través de la historia, periodos como las
dictaduras que han sufrido la mayoría de los países latinoamericanos y que
dentro de estos se conoce una gran cantidad de atrocidades hechas por la misma
autoridad, las cuales pueden entrar dentro del marco de genocidio, ejemplos
claros son los de las dictaduras de Argentina y Guatemala.
Después de toda la historia de
violencia que los mismos países latinoamericanos han tenido que enfrentar, se
encuentran con este nuevo mecanismo de defensa que es la normalización de los
actos, lo cual puede ser razonable hasta cierto punto, pero ¿vale verdaderamente
la pena no luchar? Cuando nosotros normalizamos un acto, permitimos que las
personas que perpetúan tal acción continúen y hasta pueda aumentar el mismo, lo
cual está ocurriendo.
Se ha dejado de empatizar con víctimas
de violencia, con las injusticias y con la toma de acción, ya que aunque en la
actualidad vemos muchas injusticias siendo grabadas, movimientos creados,
dentro del panorama latinoamericano sigue creciendo esta violencia, esto es
porque al final aunque mostremos descontento por un acto seguimos normalizando
con comportamientos, mostrando a la sociedad que nos sensibilizando a través de
redes sociales, lo cual es un primer paso, más no el final de la acción que se
tiene que tomar para erradicar, especialmente dentro de la cotidianidad en la que
vivimos, es aquí donde más normalizamos acciones.
La importancia de visibilizar,
siendo conscientes, una injusticia por más pequeña que sea depende de las masas
las cuales visibilizan, ya que, no es lo mismo que una sola persona señala la
injusticia, a que lo hagan millones, hay una diferencia entre visibilizar y una
visibilizarían consciente, ya que la última viene con una educación sobre tanto
causas y consecuencias del acto y por lo mismo, la persona quien lo hace
necesita estar educada en cuanto al tema para no caer en la ignorancia.
En conclusión, La cultura
latinoamericana se caracteriza por la violencia misma que envuelve a sus
comunidades, la normalización de los actos de violencia es mecanismo de defensa
utilizado para poder sobrevivir a todo lo que un ambiente de violencia
represente, esto no quiere decir que sea correcto o que deberían de existir, ya
que, una persona no tendría por qué vivir en este tipo de condiciones inhumanas
que es lo que son.
Un contexto de violencia diario es
motivo suficiente para entender la realidad de lo que se vive dentro de los países,
sin embargo, es necesario despertar y comprender que, aunque no se tiene el
apoyo, la sociedad puede mover diferentes adversidades como masa, con el interés
y conocimiento correcto para la toma de acción.