“Enseña de un pueblo
herido, . . . que nunca será vencido.”
Provienes de noble
cuna,
Santa Fe de la
Laguna,
precioso, sagrado
lienzo,
preludio de un recomienzo.
Las costuras, que te
enmarcan,
tu virtuosismo
resaltan,
reminiscencia de
amores,
cuatro campos de
colores.
Ciénega, tinte
morado,
Maíz, manjar adorado,
que se preserve el
idioma,
materna lengua que
aroma.
Azul, la Región del
Lago,
pescado blanco un
halago,
Yácatas en las
riberas,
memoria de viejas
eras.
Once Pueblos, la
Cañada,
luz de amarillo . . .
bañada,
el Río Duero
serpenteando,
la vida fertilizando.
Meseta, bosques
serranos,
el verde y madera,
hermanos,
su fecundidad,
promesa,
de inestimable
riqueza.
Un escudo, bello
emblema,
rematado por un lema,
voz, Juchari Uinapekua,
frase que, al verso,
se adecua.
Significa: nuestra
fuerza,
palabras de raza
tersa,
simbolismo
michoacano,
herencia de un pueblo
sano.
Como el canto de un
pireri,
Dios del Sol,
Curicaveri,
transformado en
obsidiana,
fuego, brasa meridiana.
Veinte flechas
puntiagudas,
medio cuerpo sus
figuras,
hacia puntos
cardinales
mensajes subliminales.
Cuchillo de piedra
blanca,
destino de esencia
franca,
filo que termina en punta,
un puño hacia el
cielo apunta.
Morena mano cerrada,
su poder será
alborada
de aire, agua,
tierra, fuego,
por Michoacán es mi
ruego.
Tela de varias
facetas,
todas éllas muy
concretas,
primeramente, nacer,
después, en el bien
crecer.
Reproducirse, morir,
a la eternidad
partir;
fiel, P’urhépecha Bandera
a nuestra estirpe
libera.
De injusticia, de
miserias,
de traiciones, de
tragedias,
etnia de ancestrales
sabios
olvidemos los
resabios.
Vinculados a Quiroga,
con vigor, que el
llanto ahoga,
pasemos el trago
amargo,
¡hay que salir del
letargo!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Cherán, Michoacán, México, julio del 2011
Dedicado al diseñador de la Bandera P’urhépecha, el pintor y muralista Don
José Luis Soto González; réquiem a
los indígenas asesinados el 17 de noviembre de 1979, en Santa Fe de La Laguna,
por los ganaderos y guardias blancas de Quiroga.