Tumba isleña
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01/11/2020
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“De amor, . . . enseña.”
Al lúgubre doblar del
duro bronce,
prestas resurgen
almas de agua dulce,
despiertan los
guardianes del tesoro
quienes, en vida,
actuaron con decoro.
Murieron en defensa
de su honor,
a manos fieras del
cruel invasor,
su tumba, lecho isleño,
primoroso,
cándido, fiel, p’urhépecha,
orgulloso.
Mis Príncipes, Mintzita e Itzihuapa,
suban la cuesta, el
llanto escapa,
diríjance al panteón,
hay luz de plata,
ligados por su amor,
sangre escarlata.
Musítense palabras
cariñosas,
platiquen de
Janitzio, de mil cosas,
oculten de miradas
indiscretas
la tierna oscuridad
de sus siluetas.
Reciban las ofrendas
de los vivos,
por esa muerte de que
son cautivos,
coman charales, beban
charanda,
fumen tabaco, cumplan
su manda.
Quemen incienso, sahúmen
copal,
retribuyan con bien,
jamás con mal,
son bienamados, son
bienvenidos,
muertos con vivos, todos
unidos.
Dialoguen con kurucha
urápiti,
de su eterno sueño, de
su frenesí,
regresen a sus fosas
sumergidas
y cúrenle, a su lago,
. . . las heridas.
Autor: Lic. Gonzalo
Ramos Aranda
Isla de Janitzio,
Pátzcuaro, Michoacán, México, 02 de noviembre del 2011
Dedicado a Don José
Luis Guzmán Soto
Reg. SEP Indautor No.
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