La ED en la actualidad parecería que siempre existió, pues ya estaría
naturalizada entre los humanos [1]. Esta naturalización a su vez se pudo haber
forjado bajo ciertas condiciones que se han manifestado desde un tiempo para
acá. Hoy, así, parece ser que la ED por
medio de las tecnologías digitales, como internet, sería la que predomina en
casi todo el mundo.
De esa manera, sin embargo, no sucedió desde sus inicios. Puesto que las
particularidades bajo las que la ED se originó fueron otras. Pero ¿Cuáles serían
algunas de ellas? Su aceptación y mejoramiento en sus inicios se fueron dando
en la medida en que el servicio postal se fue consolidando conforme trascurrió
el tiempo, al menos en los Estados Unidos.
La correspondencia física, asimismo, le permitió a docentes e
instructores compartir contenidos con sus alumnos, lo que, a su vez, pudo haber
sido a través de cartas, cuadernillos y textos escritos e impresos. Estos, por
cierto, a través del tiempo irían siendo apoyados por las bibliotecas, las
Telecomunicaciones, la radio, audiocintas, televisión, videocintas, diskettes y
CD-ROMs, entre otros mecanismos y artefactos de distinta naturaleza. Todo esto,
por cierto, ha favorecido a que fuera distinta la calidad de la ED, al menos
respecto a ciertas cuestiones, a través del tiempo.
La ED, igualmente, habría sido pensada en función de una cantidad importante
de individuos quienes no podían acceder en ese entonces a la educación y
formación de modo presencial. Por cierto, las mujeres habrían sido quienes más
se habrían beneficiado de ese nuevo sistema de estudios. Sus operaciones,
además, se realizaron en principio en escuelas de educación a distancia, como
la International Correspondence Schools [2]. En estas, a propósito, el suscrito
también tuvo la oportunidad de realizar estudios sobre negocios.
Las instituciones de educación superior, como las universidades, no
obstante, fueron rápidamente adoptando ese sistema de estudio. De hecho, la ED sería
ofrecida hoy, preponderadamente, por aquellas. Sin embargo, esto podría estar
cambiando debido a los efectos de la pandemia actual, al menos coyunturalmente,
pues un número importante de escuelas y colegios hoy en el mundo se encontrarían
utilizando la ED sobre todo mediada por las tecnologías digitales.
En definitiva, la ED llegaría a favorecer a sus educandos de distintos
modos, como flexibilidad y costos bajos en la realización de sus estudios.
En términos generales, así, la ED habría venido participando en los
procesos de aprendizaje-enseñanza de los individuos, y no solamente relativos a
estudios escolarizados. Pero, como se dijo al principio, es evidente que un
ambiente de aprendizaje configurado por peculiaridades de la ED mediada por las
tecnologías digitales sería el que está prevaleciendo hoy en el globo
terráqueo.
La ED, en ese contexto, se lleva a cabo bajo ciertas circunstancias.
Ahora bien, es importante mencionar que algunos rasgos son compartidos, al
menos en cierta medida, entre la ED mediada por mecanismos y dispositivos
físicos y la ED mediada por lo digital. Por ejemplo, un monitoreo efectivo por
parte de los profesores acerca de las distintas cuestiones que tienen que ver
con la realización de tareas encomendadas a los estudiante, por ejemplo, no
sería posible o, al menos, sería viable en algún grado en la ED mediada por lo
digital.
Otra cuestión también en la que coincidirían los dos tipos de ED en
cuestión, de alguna manera, sería que los estudios realizados por medio la ED
pueden ser apoyados por tutorías presenciales (lo que estaría relacionado con
el Blended learning). Pero, esto no hay que confundir con los principios operativos
del sistema de estudio semipresencial.
En contrate con eso, la ED mediada por lo digital, a diferencia de la
que no lo es, permite que educandos puedan realizar estudios, al menos los no
escolarizados, también a su propio ritmo. Y, además, si se dispone de servicio
de internet y un artefacto digital, como una laptop, se puede estudiar a
distancia en cualquier parte de la Tierra, con excepción de ciertos lugares,
cuyas legislaciones particulares no lo permiten actualmente, por ejemplo [3].
Esa ED, en ese mismo sentido, permite también la ejecución de procesos
de aprendizaje-enseñanza de una manera sincrónica. Y sí, en efecto, hay otras
cuestiones que pueden ayudar a distinguir entre lo que se puede llamar ED
tradicional y nueva ED.
A todo esto, una cuestión que vale señalar es que en una ED sobre todo
mediada por tecnologías digitales se podría volver muy importante, por no decir
indispensable, también un apoyo efectivo por parte de humanos del Área administrativa
de una institución educativa en el cursado de estudios escolarizados a
distancia (como los realizados en escuelas, colegios y universidades, por ejemplo).
Puesto que si bien es cierto que en la práctica de dicha ED la mensajería
automática o la intervención de la inteligencia artificial (IA) pueden ofrecer
un apoyo importante, estas tecnologías no poseen, al menos por ahora, la
autoridad requerida para resolver ciertos problemas que se podrían presentar en
el cursado de tales estudios y, que si no son resueltos, podrían llegar hasta
evitar que los estudiantes finalicen sus aprendizajes.
Pero ¿Qué es lo que cuenta en la ED? Pues, las condiciones, como los
mecanismos y dispositivos físicos y/o digitales, relativas al desarrollo de una
ED que favorecen a que un número importante de individuos tenga la oportunidad de
aprender, formarse y educarse, de modo no presencial, no serían los factores
decisivos en la adquisición de aprendizajes relativos sobre todo a una forma de
pensar de orden superior. Esto, por cierto, también se aplica, de manera
similar, a los sistemas de estudio presencial y semipresencial.
Algunas consideraciones, en ese sentido, pueden ayudar en la adquisición
de ciertas competencias por parte de los alumnos a fin de que estos puedan llegar
a desarrollar igualmente el modo de pensar arriba citado. Así, entre dichos
miramientos se encuentran el aprendizaje y la enseñanza de los pensamientos
crítico y reflexivo, saber cómo argumentar, saber cómo leer y escribir (lo que
involucra aprender a leer las líneas, entre líneas y tras las líneas, por
ejemplo) y saber cómo hacer investigación. Por cierto, una comprensión adecuada
y profunda de tales saberes y habilidades dependerá igualmente de la Pedagogía
y/o Teoría de aprendizaje que se seleccionen para configurar su proceso de
aprendizaje-enseñanza.
Así, por ejemplo, un individuo graduado de ingeniería en computación,
con sus saberes y destrezas relativas a dicha especialidad, puede llegar a realizar
su trabajo que le compete de una manera eficiente y efectiva, sin embargo, esto
no implica que él posea también la capacidad de distinguir noticias falsas de
las que no lo son. Más aún, cuando hoy una IA ya podría generar y distribuir
noticias de las cuales ciertos humanos no podrían decir si son ciertas o no [4].
O él mismo, en otra situación, pues, por ejemplo, sus competencias
relativas a la computación tampoco pueden evitar que aquel pase de ser una víctima
a ser un victimario en un asunto, que involucra también el aspecto legal, por
haber presentado un documento en particular escrito de una manera inadecuada.
Finalmente, a más de los elementos de juicio proporcionados en el
presente artículo que pueden ayudar en la comprensión acerca de qué se trata la
ED, se puede formular igualmente la siguiente pregunta, que no solo concierne a
ella: ¿Hoy en día es suficiente que un profesor vuelva a exponer a sus
estudiantes, por medio de clases consistentes con los principios de la
Pedagogía tradicional, lo que está en los medios de información que ya disponen
sus alumnos a fin de que estos logren dominar los saberes y destrezas de sus
respectivas profesiones? [5].
[1]Para más
información, remítase a Harting, Kathleen y Erthal, Margaret J. (2005). History of Distance Learning. Information
Technology, Learning, and Performance Journal, 23, 1, 35-44; y a Kentnor, Hope
(2015). Distance Education and the Evolution of Online Learning in the United
States. Curriculum and Teaching Dialogue, 7, 1 & 2, 21-000.
[2]Para más
información, remítase a Watkinson, James
D. (1996). "Education for Success": The International
Correspondence Schools of Scranton, Pennsylvania. THE PENNSYLVANIA MAGAZINE
OF HISTORY AND BIOGRAPHY, CXX, 4, 343-369; y a Sumner, Jennifer (2000). Serving the System: a critical history of
distance education. Open Learning, 15, 3, 267-285.
[3]Para más
información, remítase a https://eliterate.us/coursera-udacity-edx-blocked-syria-iran/
[5]Salazar,
Ronnie (2012). ¿Quién aprendía más? ¿Los alumnos o yo como docente? Revista Ventanales,
Año 2, 2, 114-115. Disponible en: https://issuu.com/dpastor/docs/revista_ventanales__2