. Para esto, hay
que observar que el porvenir (relativo al Forecast) está relacionado con ver
anticipadamente sucesos que podrían ocurrir en el futuro. Mientras que el
devenir (relativo al Foresight) tiene que ver con tener la oportunidad de
elegir un escenario futuro deseado entre algunos posibles y, además, de
llegarlo a concretar en función de lo que se construya hoy [1].
El presente escrito, así, busca compartir
con usted, amable lector, con el fin de que pueda realizar la reflexión arriba
propuesta, algunas señales, y circunstancias, relativas a las maneras en que la
IA se estaría incrustando actualmente en el tejido empresarial, ya sea este
físico y/o virtual.
Para tal cometido, por tanto, se examinarán
algunos de los modos en que la IA estaría interviniendo en ciertos aspectos de algunos
negocios, en particular en sus operaciones, relativos a la Medicina,
Odontología, Contabilidad, Auditoría, la Ley, entre otras actividades
lucrativas. Por cierto, los distintos niveles de injerencia de la IA en las
respectivas microeconomías de las naciones del mundo se producirían en la
medida en que dichos países investiguen, desarrollen, importen y/o tengan la
capacidad de adoptar la tecnología en cuestión.
Como es de dominio público, en este
contexto, el hardware y el software (soportados por lo digital, esto es, por el
código binario: 0 y 1, lo cual, por cierto, estaría sufriendo hoy una
transformación fundamental debido sobre todo a la Física cuántica), como la
computadora y los programas de computación, respectivamente, al menos desde el
siglo pasado han contribuido más que todo a la eficiencia de las empresas
privadas, particularmente en relación a sus operaciones. Pero, no solamente de
las privadas, sino también de las entidades púbicas.
Esa tecnología, así, se ha centrado en
ayudar, básicamente a través de la automatización de los procedimientos
organizacionales, a reducir, al menos en una gran parte, los costos operacionales
de los negocios, por ejemplo.
Mientras que las mejoras relativas y
radicales que habría sufrido esa misma tecnología en los últimos años gracias,
por ejemplo, a la IA y a la cuestión digital, al parecer, estarían orientándose
ya no solamente a la eficiencia, sino también a otros intereses, como al
crecimiento económico de la empresa [2].
En función, así, de esas tecnologías, y sus
cambios, tanto el comportamiento de las empresas como el de los clientes han ido
cambiado conforme ha transcurrido el tiempo, pues dichas tecnologías estarían fomentado,
por ejemplo, un aumento significativo de la incertidumbre relativa a la
dinámica de la oferta y la demanda a nivel mundial o, al menos, en una gran
parte del mundo [3].
Así, por ejemplo, en épocas pasadas las
empresas no tenían que llevar sus productos a sus clientes, pues eran estos
quienes sobre todo acudían a ellas a fin de adquirir los bienes y servicios que
requerían para satisfacer sus necesidades y deseos. Mientras que hoy estaría
ocurriendo todo lo contrario. Y esto último parecería que se estaría
incrementado cada vez más en función no solo de las tecnologías de punta, sino
igualmente de los efectos de la pandemia, crisis sanitaria, la covid-19 y el
distanciamiento social físico que estarían hoy afectando, en distintos grados, a
toda la humanidad [4]. Por ejemplo, una de esas consecuencias sería una
necesidad mayor de seguridad y salud al menos por parte de un número importante
de personas.
Posiblemente, así, las tecnologías en
cuestión y los acontecimientos relativos a la pandemia actual podrían estar impulsando,
de una manera sin precedentes, entre otras cuestiones, la personalización de
los bienes y servicios, el delivery (entrega de productos a clientes en el lugar
en que estos requieren) y la utilización, en distintos niveles, de formas de
comercialización híbridas, esto es, la realización de ventas de una manera
física y digital. Por cierto, dichos modos de vender se podrían identificar con
lo que hoy se conoce como marketplaces para e-commerce (tiendas virtuales para
vender sobre todo productos físicos), por ejemplo.
Sin más preámbulos, a continuación se
pasará a la revisión de la intrusión de la IA en la dimensión operacional de un
negocio. Pero, antes hay que decir al menos tres cosas sobre dicho aspecto. La
primera, las operaciones de una compañía se pueden entender como las formas de
llevar a cabo (de manera manual o no), de un modo específico, las actividades
requeridas a fin de conseguir un propósito empresarial determinado (bien
producido o un comprobante contable generado).
Mientras que la segunda se relaciona con
las maneras (modelos y sistemas) de configurar y ejecutar las actividades
arriba citadas. Así, el modo de operar que ha predominado principalmente por
mucho tiempo en el mundo de los negocios está vinculado a funciones y
procedimientos organizacionales.
No obstante, a la presente se podría decir
que las operaciones al menos de una gran parte de las empresas, las grandes más
que todo, a nivel mundial se estarían configurando por procesos. A propósito,
se consideraría que la organización por procesos permite lograr la integración
total de las operaciones de un negocio. Aunque esto puede ser cuestionable bajo
ciertas condiciones.
Y la tercera, se refiera a que en la
realización de las actividades antes mencionadas intervienen igualmente
políticas, reglas, personal, equipos, entre otras cuestiones.
La IA, entonces, contribuye primordialmente
en la ejecución de las actividades operacionales de una empresa cuando estas
están automatizadas (y mucho mejor también integradas) por medio más que todo
del hardware y el software.
Por cierto, todo método (forma de hacer
algo de una manera ordenada) explicito que subyacería a la realización de una
actividad podría ser codificado o programado digitalmente, lo cual, a su vez, favorecería
a la automatización de dicha tarea. Sí, en efecto, y me adelanto en decir respecto
a uno de los temas que será tratado con más detalle en un próximo artículo, que
todo empleado que realiza una tarea en un empresa utilizando un método con los rasgos
en cuestión podría, de hecho, quedarse sin trabajo.
Se supone, sin embargo, que tanto las
nuevas tecnologías relativas a la IA como la organización por procesos, pero
más la IA, favorecerían a crear más, pero nuevas, fuentes de empleo [5].
Es importante en este punto igualmente
indicar que existen varios asuntos vinculados con las tecnologías en cuestión,
y uno de ellos es su implementación en las organizaciones. Puesto que podrían
existir empleados quienes podrían llegar a rechazar por X motivo la utilización
de un nuevo software, como por ejemplo de contabilidad, para llevar a cabo sus tareas.
Entonces, ¿Qué hacer para que la
implementación de ese nuevo software en la empresa sea efectiva? Casos como
este, entre otros, se suelen presentar al momento de efectuarse
transformaciones organizacionales, y que hay que resolverlos, a menos que un
empleador esté dispuesto a despedir a los trabajadores arriba citados, por
ejemplo.
Una posible salida, así, a fin de que la ejecución
arriba referida sea eficaz, tiene que ver con el involucramiento del personal
en todas, o casi todas, las etapas a realizarse relativas al desarrollo y/o
adquisición de un nuevo software para la empresa. Efectivamente, y
generalizando, la participación del personal en una transformación
organizacional es vital para que esta llegue a ser efectiva. Por cierto, otro
factor crítico es, en este mismo sentido, que el personal comparta y trabaje
por una misma meta empresarial.
Pero a todo esto, ¿cómo la IA está (y
estaría) contribuyendo a afinar la automatización de las operaciones de un
negocio? Gracias a tecnologías como el aprendizaje automatizado, las redes
neurales, el lenguaje natural y la informática, la IA no solamente se encuentra
actualmente apoyando con la generación automática de reportes (como ya se dijo
en un escrito anterior, publicado también en reeditor.com) sino que, además, lo
hace con la extracción de datos e información a fin de identificar y proponer
patrones que servirían para las tomas de decisiones empresariales.
Un ejemplo concreto, así, sería una IA con
una capacidad de sugerirle a un tomador de decisiones medidas o acciones
alternativas a seguir, con el fin de resolver un problema del negocio.
Evidentemente, un asistente humano que produjera esas medidas o acciones para
su jefe podría quedarse sin empleo, pues esa IA ya es existe y es capaz de
hacer el trabajo de ese ayudante (para más información sobre este tema,
remítase al artículo: Ciencia, inteligencia artificial (IA) y sociedad: ¿La IA superará al
humano, y lo llegará a controlar? Igualmente publicado en reeditor.com)....Continúa y finaliza en la Parte II.[1]Para más
información, remítase a Indacochea, Alejandro (s. f.). La Prospectiva Estratégica y los Estudios de Futuro. Strategia. Liderazgo y Gerencia, 51-54.
[2]Para más información, remítase a
McKinsey & Company (2018). Assessing the Economic Impact of Artificial
Intelligence. Issue Paper No. 1. ITU TRENDS. Disponible en: https://www.itu.int/dms_pub/itu-s/opb/gen/S-GEN-ISSUEPAPER-2018-1-PDF-E.pdf
[3]Para más información, remítase a PwH (2019).
Hacia la transformación digital en un panorama de incertidumbre. Encuesta Anual
de CEO PwC Interaméricas. Disponible en:
https://www.pwc.com/ia/es/assets/pdf/10%C2%AA%20Edici%C3%B3n%20Regional%20de%20la%20Encuesta%20Anual%20de%20CEOs%20-%20PwC%20Interam%C3%A9ricasf.pdf
[4]García del Pueyo, José (s. f.).
Customer centricity en la era Pos-Covid19. Harvard Deusto Business Review, 60-67.
[5]Para más información, remítase a Kai-Fu
Lee (s. f.). La inteligencia artificial y el futuro del trabajo:
una perspectiva china. Disponible en: https://www.bbvaopenmind.com/articulos/inteligencia-artificial-y-futuro-del-trabajo-perspectiva-china/