El
artista, ya, reposa,
Juchitán
de Zaragoza
se
ha quedado sin pincel,
sin
paletas, sin cincel.
Las
Diosas del arte, lloran,
Atenea,
Minerva, imploran
por
el alma de Toledo,
el
creativo del denuedo.
La
plástica mexicana
con
la del mundo se hermana,
Oaxaca
es la conexión,
dolorida
sensación.
Escultura
reblandece,
estética
se estremece;
parca
cruel, hoy, manosea
el
talento, que escasea.
Pesadumbre
en la cultura,
pintura
sufre fractura,
se
ha quedado sin la magia
del
Maestro, que contagia.
Los
tonos de los esmaltes,
tinta,
afeites, colorantes,
con
sus brillos más intensos,
no
se adhieren a los lienzos.
Al
genio, fiel, del grabado
su
destino lo ha alcanzado,
el
promotor cultural
nos
deja un hueco abismal.
Pierde
la naturaleza
a
su activista, tristeza,
¿quién
defenderá la selva,
logrando
se desenvuelva?
De
luto está la Antequera,
la
muerte, presta, lacera
la
filantropía más pura
de
Francisco, . . . su natura.
Autor:
Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad
de México, a 06 de septiembre del 2019
Reg.
SEP Indautor No. (en trámite)