Segundo caso, un software que sí
considera tecnologías avanzadas de IA toma entradas (datos y resultados
esperados proporcionados, sobre todo, por otros programas de computación
integrados a él) con las cuales construye reglas, condiciones y patrones,
generando así no solamente información, en forma, por ejemplo, de un reporte de
ventas, sino también indicando posibles cursos de acción a seguir.
En efecto, de esos dos casos se podrían
desprender, al menos, dos cuestiones. La primera, la intervención del humano sería
poca o nula en el desarrollo de un software que sí contempla tecnología
avanzada de IA. Mientras que la segunda tendría que ver con el nivel de ayuda
que un software le daría a los humanos en función de si emplea o no IA
avanzada.
Así, por ejemplo, respecto al primer
caso, un usuario con el apoyo de un reporte de ventas podría llegar a formular
ciertas posibles acciones comerciales a seguir y, asimismo, tendría que decidir
a cuáles de ellas las llegaría a ejecutar, con el fin de que contribuyeran al
aumento de la rentabilidad de una empresa. Mientras que en relación al segundo
caso, ese mismo usuario solamente tendría que decir a cuáles de ´todas’ las
posibles acciones comerciales a seguir ofrecidas por el software las llevaría a
cabo, con el propósito de lograr el mismo cometido.
Aplicaciones
de la IA
Se ha revisado hasta aquí, a breves
rasgos, qué sería, y cómo operaría, la IA. Ahora, resta hablar de sus
aplicaciones. Así, algunos estudios y desarrollos llegan a ser aplicaciones de
laboratorios. Mientras que otras ya están operando en la vida cotidiana humana.
Asimismo, la IA según sus promotores se encontraría orientada a beneficiar a la
humanidad, aunque esto sería cuestionado por otros individuos e instituciones. Esto
último, a propósito, en la siguiente y última sección se lo examinará con más detenimiento.
Las aplicaciones de IA, así, que ya están
operando e interviniendo en el quehacer humano son, entre otras, las que tienen
que ver con ciertos motores de búsqueda en internet, como Google. Así como
también con algunas plataformas digitales como Youtube. Pero, su campo de
aplicación es mucho más amplio. La IA, por ejemplo, se encuentra asistiendo a
los humanos, con operaciones automatizadas y/o apoyo aumentado en las tomas de
decisiones, en distintos ámbitos relativos a los negocios, salud, educación, geológico,
entre otras esferas [12]. Por cierto, la relación de la IA con algunos de esos
ámbitos serán temas de próximos artículos.
De otra parte, se encuentran las
aplicaciones que se están experimentado en el laboratorio. Así como también las
posibles aplicaciones que se están ideando y estudiando, las cuales, a propósito,
podrían ser concretadas en un futuro no muy lejano. Entre las primeras se encontrarían,
por ejemplo, los vehículos que se conducen solos. Mientras que entre las
segundas estarían los autómatas que preparan y sirven comida a los humanos en
sus hogares, por ejemplo.
Ahora bien, existen ciertas cuestiones
que podrían estar inquietando a algunos humanos en el mundo. Y esas, entre
otras, serían: ¿La IA podría llegar a ser como un humano? ¿Podría llegar a
superarlo? ¿Podría llegar a controlarlo? ¿Un cerebro artificial podría llegar a
ser como un cerebro humano? Uno de los temas que puede ayudar a pensar en sus
respuestas es acerca de qué es inteligencia. Pero, esto ya lo discutimos
anteriormente.
Existirían, además, posturas de expertos,
de disímiles disciplinas, relativas a la IA que podrían contribuir a la elaboración
de posibles contestaciones a las preguntas arriba planteadas. Una de ellas, es
que la IA, con la ayuda de otras tecnologías, como la robótica y la computación
cuántica, podría llegar a realizar cualquier cosa que hacen los humanos [13].
Mientras que otra señala que es
imposible que un cerebro artificial sea igual al cerebro humano, pues este,
considerado como un sistema, genera unas propiedades emergentes que solamente él
las puede producir [14].
Otra posición también, es que un cerebro
humano puede construir un mundo para humanos. Mientras que un cerebro
artificial podría llegar a construir un mundo para androides [15].
Como se puede apreciar obviamente, en
este sentido, parecería que existe un desacuerdo al presente entre los
diferentes expertos, cuyos pensamientos, desarrollos y contribuciones se
encuentran alineados a la IA. Pero a pesar de esto, sus respectivas posturas,
al menos en algún nivel, podrían dar cierta luz a la búsqueda de las posibles
respuestas a las cuestiones mencionadas anteriormente.
Ética
y relación de la sociedad con la IA
Como ya se dijo al inicio del apartado Aplicaciones
de la IA, en otro sentido, no todos estarían de acuerdo en que la IA se
encontraría solamente orientada a hacer cosas buenas para los humanos [16]. Pero
esto no es una novedad. Por ejemplo, en los años sesenta del siglo pasado hubo
movimientos sociales en algunos países del mundo que protestaron en contra de
determinados desarrollos científicos y tecnológicos que estaban contaminando la
naturaleza [17].
A raíz, por tanto, de esas protestas se
puede indicar, por ejemplo, que la percepción social que el público en general,
o públicos específicos, a nivel mundial, o al menos en ciertas partes del orbe,
tiene(n) de las cuestiones científico-tecnológicas ya no más llegaría a ser positiva
ni negativa, de una manera absoluta, sino más bien dicha percepción llegaría a
ser ambivalente, es decir, coexistirían posturas favorables y negativas en la
percepción en cuestión [18].
Algunos estudios, en esa misma línea,
realizados en ciertas naciones del mundo, sugieren que en las percepciones que sus
respectivos públicos en general consultados tienen de la IA existen al mismo
tiempo posiciones positivas y desfavorables [19]. Por ejemplo, en una
investigación llevada a cabo en España se consultaron a 5.200 personas entre
mayo y julio de 2018. El 17,9% de estos encuestados indica que la aplicación de
la IA traerá muchos riesgos a la sociedad. Mientras que el 20,6% del mismo
número de personas consultadas señala que la aplicación de la IA traerá
bastantes riesgos a la sociedad [20].
Esas diferentes posiciones a su vez que
las personas poseen ante la IA podrían conllevar, o estar articuladas, a otras
cuestiones, como ¿qué causarían los riesgos relativos a la IA? Bueno,
existirían, por un lado, quienes les echarían la culpa a la ciencia por
contribuir al desarrollo de la IA (Determinismo científico). Otros culparían a
la propia tecnología IA (Determinismo tecnológico). Mientras que algunas
personas culparían a los distintos actores (como, científicos, empresarios,
tecnólogos, financistas) que estarían involucrados en promover la IA
(Determinismo social) [21].
Existiría, sin embargo, la consideración
de otras posibles posturas en las que estaría ausente el determinismo. Así, la
primera posición considera que: “La ciencia construye científicamente la
sociedad. Mientras que esta construye socialmente la ciencia” [22]. En cambio,
la segunda indica que: “La tecnología construye tecnológicamente la sociedad.
Mientras que esta construye socialmente la tecnología” [23]. Entonces, ¿Con qué
postura usted se identificaría más?
Todo aquello, así pues, da pistas para
pensar en los distintos tipos de relación que existirían entre la sociedad y la
IA. Pero, hay otros temas, como la ética, el aspecto socio-cultural y las
emociones del humano, que intervendrían en esas formas de vinculación en
cuestión.
Así,
la comprensión de qué es ética aunque podría variar en cierta medida
dependiendo de la perspectiva desde la cual se la realice, sus posibles
diversas versiones, sin embrago, algo en que quizás sí estarían de acuerdo es que
la ética tiene que ver con el deber ser y, además, con que aquella no
concerniría al orden jurídico [24].
Mientras
que por cuestiones pragmáticas para con lo que aquí concierne se dispondrá de
una de las acepciones del Diccionario de la Real Academia Española, esto es,
Ética es un “Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana”. Si uno
con esto fuera más allá, entonces, extendiendo esa definición se podría decir,
respecto a la IA, ‘conjunto de reglas morales que rigen la conducta de las
máquinas IA’.
Pero,
¿Dichas máquinas podrían poseer moral?
Al parecer sí podrían, al menos en teoría. Solo bastaría en que ellas
sean programas con reglas para actuar de una manera específica. Efectivamente,
se podrían emplear las tres reglas promovidas por Isaac Asimov [25]. No
obstante, ¿Estas serían suficientes para que se pudieran generar relaciones
efectivas y favorables entre la IA y los humanos?
Se
pueden, por tanto, formular las siguientes cuestiones: ¿Qué pautas deberían
guiar las interacciones (sociales) entre humanos y la IA? ¿Cómo la IA se
debería comportar con los humanos? ¿De qué manera la humanidad se debería
comportar con la IA?
...Continúa en la Parte III.
[12]Para más información, remítase a
Thomas, Rob (2019). AI is Not Magic: It’s Time to Demystify and
Apply. Disponible en: https://www.ibm.com/blogs/think/2019/03/ai-is-not-magic/;
Redacción E3 (2019). Estas son las aplicaciones de Inteligencia Artificial con más futuro.
Disponible en: https://economia3.com/2019/08/22/217675-aplicaciones-inteligencia-artificial/;
Cuthbertson, Anthony (2020). Artificial intelligence defeated
US fighter pilot in a clean sweep of simulated battles. Disponible en:https://www.independent.co.uk/life-style/gadgets-and-tech/news/ai-pilot-dogfight-artificial-intelligence-darpa-a9681346.html
[13]Entrevista al Dr. José Ignacio
Latorre: “La IA basada en el procesador cuántico cambiará el mundo”. Disponible
en: https://www.youtube.com/watch?v=ArEtN-N5L0E
[14]El Dr. Mario Bunge, Físico y Filósofo,
indica, por ejemplo, que la creatividad
(propiedad emergente) no se la puede pasar a un método para poderla transmitir
a otros y, por ende, no se la puede llegar
a codificar (programar) en una máquina de IA. Para más información, remítase a Bunge,
Mario (1988). El problema Mente-Cerebro.
Un enfoque psicobiológico. España: Editorial TECNOS
(Grupo ANAYA, S.A.).
[16]Para más información, remítase a Bernard Marr (2018). Is Artificial Intelligence Dangerous? 6 AI Risks Everyone Should Know
About. Disponible en:
https://www.forbes.com/sites/bernardmarr/2018/11/19/is-artificial-intelligence-dangerous-6-ai-risks-everyone-should-know-about/#5a602c5b2404
[17]Sanz, Luis (1997). Estado,
ciencia y tecnología en España: 1939-1997. Madrid: Editorial Alianza.
[18]Para más información, remítase a Blanco,
J. e Iranzo, Juan (2000). Ambivalencia
e incertidumbre en las relaciones entre ciencia y sociedad. Papers, 61, 89-112; Salazar, Ronnie
(2017). Percepción social de la ciencia y la tecnología en estudiantes de
colegios ecuatorianos: ¿Quieren ser científicos/as en el futuro? Disponible en:
http://jornadasdesociologia2017.sociales.uba.ar/altaponencia/?acciones2=ver&id_mesa=5&id_ponencia=53; y a Torres,
Cristóbal (2005). Representaciones
sociales de la ciencia y la tecnología. REIS, 111, 9-43.
[19]Bristows
(2018). Artificial intelligence: Public perception, attitude and trust.
Disponible en:
https://www.bristows.com/viewpoint/articles/artificial-intelligence-public-perception-attitude-and-trust/;
Fast Ethan y Horvitz Eric (2016). Long-Term Trends
in the Public Perception of Artificial Intelligence. Disponible en:
https://arxiv.org/pdf/1609.04904.pdf; Zhang, Baobao y Dafoe Allan (2019).
Artificial intelligence: American attitudes and trends. Oxford: Center
for the Governance of AI, Future of Humanity Institute, University of Oxford.
[20]FECYT (2018). Informe de resultados.
IX Encuesta de la Percepción social de la ciencia y la tecnología-2018.
Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.
[21]Para más información, remítase a
Aguiar, Diego (2002). Determinismo tecnológico versus determinismo social:
Aportes metodológicos y teóricos de la filosofía, la historia, la economía y la
sociología de la tecnología (Tesis de
licenciatura). Universidad Nacional de la Plata. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.619/te.619.pdf
[22]Para más información, remítase a
Kreimer, Pablo (1999): De probetas,
computadores y ratones. La construcción de una mirada sociológica sobre la
ciencia. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes.
[23]Para más información, remítase a
Thomas, Hernán y Buch Alfonso (2013). Actos,
actores y artefactos. Sociología de la tecnología. Bernal: Universidad
Nacional de Quilmes Editorial.
[24]Para más información, remítase a
Moore, G. (2005). Ethics. The nature of moral philosophy. New York: Oxford University Press Inc.
[25]El científico y escritor Isaac
Asimov promovió las tres leyes que buscan normar el comportamiento de máquinas
IA. Estas son: 1) “Un robot no hará daño
a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño”; 2)
“Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de
aquellas que entren en conflicto con la primera ley”; y 3) “Un robot debe
proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en
conflicto con la primera o con la segunda ley”.