La virtualidad y el internet han
hecho que cambiemos la manera de mirar el mundo, la manera como nos
comunicamos, la manera como opinamos, como compartimos, como enamoramos, y
hasta la manera como vendemos y compramos.
En un mundo con tantos puntos de
vistas, corrientes socales, políticas, de vida, tantas maneras y formas de
pensar, tantas visiones diferentes sobre el mundo, en general un mundo tan
diverso que cada día está más y más conectado.
Hemos visto como los derroteros
por lo que se regían nuestros comportamientos han variado de una forma trascendental
y muy agresivamente en tan corto tiempo, por ejemplo comparemos en la época de nuestros
y abuelos quienes eran los modelos a seguir en comportamiento, música,
pensamiento, y miremos hoy en día quienes son para nosotros las personas que son
llamadas a ser esos iconos a seguir, aquellos que llamamos influenciadores, término que se define como : “personas que cuentan con credibilidad acerca de un tema específico, se
han convertido en figuras cuyas opiniones y aportes a través de los canales digitales
tienen credibilidad.”
Estos llamados influenciadores
aprovecharon la era digital para poder cambiar la forma en que se venden bienes
y servicios, la gran mayoría de ellos amasan grandes cantidades de seguidores
en sus plataformas digitales, como instagram, Facebook y se valen de esto para
obtener contratos con empresas y vender estos productos como si en realidad los
consumieran ellos en el día a día.
Pero la pandemia ha mostrado dos
caras de estas personas que realizan este oficio no regulado, la primera cara
que vemos, es una donde han colocado su tiempo y su esfuerzo al servicio de la comunidad
que ha sido afectada por la pobreza y la enfermedad que ha dejado esta
pandemia, personas que han sacado lo mejor de la humanidad para servir a los demás,
mostrando un gran vocación y además de eso, dando lo que no tienen para ayudar
a las comunidades a sobre llevar esta tragedia, personas que merecen un
reconocimiento, utilizan la gran cantidad de seguidores y los contactos
obtenidos de sus relaciones comerciales
para ayudar a los pobres a solucionar sus necesidades básicas, acto que es de
aplaudir y resaltar.
Por lo anterior les propongo de
corazón que durante y posterior cuando superemos este momento tan duro, sigamos
apoyando incondicionalmente a estas personas que de corazón se han sacrificado
por quienes necesitaban, merecen un reconocimiento social y el apoyo de todos en
sus emprendimientos y su labor como influenciadores, BRAVO por ellos.
Pero como todo no es color de
rosa, y como en la viña del señor encontramos de todo, también existen malos influenciadores,
personas que durante la cuarentena han demostrado solo malos ejemplos, personas
que además de su beneficio propio, se han dedicado a romper las reglas de la
cuarentena y exhibirse en redes sociales, sin importar el mal ejemplo que le están
dando a una sociedad, que durante la situación más difícil que nos ha tocado
vivir , busca unos códigos de vezando, conducta
que le ayuden a superar este dilema tan terrible que vamos atravesando, no son
influenciadores, son malos ejemplos para nuestra sociedad, incitando a romper
la cuarentena, incitando a consumir licor, incitando a armar fiestas y rumbas desproporcionadas,
y hasta consumir sustancias alucinógenas durante la cuarentena, como si esto
fuese un juego, como si la vida no estuviese en fuego, personas que antes de la
cuarentena eran vistas como ejemplos a seguir, hoy durante la misma ,podemos ver que son el peor ejemplo
para una sociedad.
Teniendo en cuenta lo anterior,
tengo claro que no soy quien para juzgar a nadie, pero en este caso, tenemos
todos la responsabilidad de ser mejores personas de lo que hemos sido durante
toda nuestra vida, tenemos la responsabilidad de saber elegir por nuestras
familias y por nuestra sociedad, tenemos la responsabilidad que al salir de
esto, salir unidos y apoyar a quienes merecen nuestro apoyo, y de la misma
manera, tenemos la responsabilidad de hacer de este mundo un lugar mejor,
dejando de colocar como faros morales a personas que son solo un mal ejemplo.
Estamos en mora de comenzar a
enderezar el camino, estamos en mora de comenzar a crear códigos de conductas
que impacten en la formación de la sociedad, códigos donde dejemos de lado los estereotipos
malos, esos que nos han causado tanto daño, esos estereotipos que de alguna
manera han influido en la cotidianidad, tolerando comportamientos socialmente
señalados.
No quiero ser mal interpretado, y
sé que el libre desarrollo de la personalidad no debe ser intervenido por
nadie, pero les pregunto, ¿este es el
mundo y la sociedad que le queremos dejar a nuestros hijos y nietos?,
respuesta que cada uno al interior de su ser se contestara.
Pero les propongo un sueño,
comenzar desde hoy a formar una nueva sociedad, donde dejemos de lado esos estereotipos
detestables, donde comencemos a ser influenciadores de cultura ciudadana, de
respeto, de amor, de mejores prácticas sociales, y comencemos a regular los
comportamientos que hoy son desmedidos.
La naturaleza nos demostró que
debemos cambiar, que aun estaos a tiempo como sociedad, pero este debe ser desde
los hogares, desde el individuo, desde el yo interno, ser mejores cada día no
es fácil, pero juntos es más fácil, y juntos lo lograremos.
Hoy podemos ser los influenciadores de nuestras
familias, amigos, dando un buen ejemplo y ayudando a los demás a dar su mejor
ejemplo, por nuestro planeta, por nuestra sociedad, por nuestros hijos, por
nosotros.