El rico taco de obispo
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03/08/2020
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“Deleite del propio Cristo.”
Todo
comenzó un domingo,
cuando
llegó a Tenancingo
de
Degollado, un Obispo,
representante
de Cristo.
Como
era fiel menester,
se
le ofreció de comer
sabrosa
“tripa de seso”,
así
empezó, fue por eso.
La
célebre tradición,
de
nuestra linda región,
del
rico “taco de obispo”,
en
estos versos me avispo.
“Deme
de lo que le dio,
de
lo que le dio al Obispo,
deme
de lo que comió,
lo
que degustó el Obispo”.
Platillo,
que brinda vida,
carne
de cerdo, molida,
con
jitomate, mezclado,
epazote,
combinado.
Cebolla,
chile manzano,
con
sazón, el más humano,
en
una tripa metido,
conformando
un embutido.
Primo
hermano del chorizo,
del
salchichón, Dios lo quiso,
que
los supere en grosor
y,
por supuesto, en sabor.
Tal
receta fue muy breve,
mi
conocimiento es leve,
porque,
cada cocinera
guarda
fórmula, certera.
Existen
muchas versiones,
con
almendras, con piñones,
con
pasas, con dejo a dulce,
lo
que al paladar seduce.
Su
preparación, al horno
de
tierra, que no es muy hondo,
como
barbacoa de hoyo,
a
veces se hace de pollo.
El grato guiso de “obispo”,
que
disfruta el Arzobispo,
en
la tortilla se pierde,
entre salsa, roja, verde.
Así, se conforma el taco,
gordo, regular o flaco,
que, con la mano se abraza
y con dedos se atenaza.
El movimiento es innato,
depositarlo en un plato,
servirlo con nopalitos,
zanahorias, exquisitos.
Esta
costumbre celebro,
que
lo goce todo el pueblo,
mas,
es de reyes, manjar,
ya se me empieza a antojar.
Autor:
Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Tenancingo de Degollado, Estado de México, a 24 de julio
de 2018
Dedicado a la Señora Rosa Cristina Mercado Barrera,
como regalo de cumpleaños . . .
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