De López y el cubrebocas
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27/07/2020
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“De sus necedades . . . locas.”
Amlo, necesita,
urgente,
de asesor
inteligente,
epidemiólogo
sano
que lo saque de
lo vano.
De retrógradas
ideas
contra el
tapabocas, feas,
pues, a
emplearlo se rehúsa,
por eso, nunca
lo usa.
Le tiene fobia,
no entiende,
de las bondades
que tiene
para prevenir
contagio,
se muestra terco,
reacio.
Con su cerebral
anemia,
no obstante
que, en la pandemia,
en México y sus
entuertos,
cuarenta y tres
mil, van muertos.
Jorge Alcocer, Secretario,
y Gatell,
Subsecretario
de “Salud”, son
muy ineptos,
no saben, ni
son correctos.
La ciencia
mundial, coincide,
que ese
aditamento incide
en la higiene
del humano
y no causa
ningún daño.
Que es auxiliar,
gran ayuda,
que no quede ni
una duda,
en el combate
del virus,
preciso, el
coronavirus.
Pero es inútil,
no entienden,
testarudos, no
comprenden;
hay que
explicar bien, al peje,
que el cubrebocas
protege.
Que un buen
pastor, en su templo,
debe poner el
ejemplo,
bien guiar a su
pueblo “sabio”
a sanidad, sin
resabio.
Mas, él, se
niega a creer,
su tan engreído
ser
no quiere cara
tapada,
cubierta,
estigmatizada.
Es el síndrome
de Andrés
que, todo lo ve
al revés,
por sus
prejuicios insanos,
con sus
pensamientos vanos.
Hace todo por
crecerse
y débil no
quiere verse
viejo endeble,
vulnerable,
no juzgando muy
loable.
Parecerse a
Calderón,
su atormentada
obsesión,
que el tapabocas
usó,
cuando
influenza atacó.
El “mesías”, por
su “deidad”,
cree que pierde
autoridad
o teme sufrir
hipoxia,
tiene desviada
ortodoxia.
Autor: Lic.
Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de
México, a 26 de julio del 2020
Reg. SEP
Indautor No. (en trámite)