Parece que el archivo de la causa
del 8M ha tenido un efecto tónico en José Manuel Franco, probablemente la
sensación de alivio del Delegado del Gobierno en Madrid - que tampoco es que
las tuviera todas consigo, porque dependía de que unos cuantos funcionarios se
desdijeran de la declaración que hicieron ante la Guardia Civil – le ha animado
a hablar más de la cuenta, lo que no es extraño porque Franco de toda la vida
ha sido más bien suelto de boca y más ahora que goza de la amistad y confianza
de Pedro Sánchez.
La verdad es que tuvo que hacer
un papelón ante la magistrada, porque la explicación que se vio obligado a dar
lo puso a los pies de los caballos. Saltaba a la vista que era más falsa que un
billete de tres euros marroquí, pero jugaba forzado y con las cartas que
llevaba, no tuvo más remedio que afirmar que él nada sabía sobre la
peligrosidad de la epidemia y que no se le había ocurrido preguntar sobre el
asunto a ninguna autoridad sanitaria.
Como es un tipo fachento, supongo
que le costaría tragar unos cuantos nudos quedar como un inútil, porque resulta
increíble que un Delegado del Gobierno no supiera de la peligrosidad de la
epidemia, pero aunque le concedamos el beneficio de la duda, lo que le deja
como un absoluto inepto, es la afirmación que hizo de que no preguntó a nadie
sobre un asunto que ponía en riesgo tantas vidas, como el tiempo se ha
encargado de poner de manifiesto.
Tiene, está muy claro, una
altísima opinión sobre sí mismo y le molestó que lo imputaran y a pesar de
salir con bien del jaleo, aunque se dejara algún pelo en la gatera, está claro
que quiere ajustar cuentas con los que entiende que le pusieron ante la magistrada.
Ahora Franco, que ya demostró ante en su declaración que es un mentiroso, ha
revelado la medida de su miseria moral, el pasado miércoles en un chat virtual
con alcaldes socialistas organizado por el PSOE de Galapagar decía a los
corregidores: “Entendedme, tenemos que retorcer el tema de las residencias y
que no busquen responsabilidades en el Gobierno de la nación porque las
competencias son autonómicas.”
Ya dije que peca de bocazas y lo
ha hecho en esta ocasión gravemente, porque la petición de “retorcer” el tema
de las residencias deja bien a las claras que el tema no es como lo presenta el
PSOE y por eso es necesario retorcerlo. Por si hubiera dudas el DRAE dice que
retorcer es “Interpretar siniestramente algo, dándole un sentido diferente del
que tiene”, así que más claro, agua. Hay que ser un miserable de tomo y lomo
para animar a los alcaldes socialistas, que tampoco necesitan que los animen
mucho, para que retuerzan el “asunto de las residencias”.
Mal está intentar sacar ventaja
política de una tragedia de la dimensión que vivieron los ancianos recluidos en
sus residencias, ante su indefensión frente al contagio, pero mucho peor está
solicitar que se retuerza el asunto, para intentar echar la culpa a quién no la
tiene, porque por mucho empeño que pongan las terminales socialistas en
negarlo, las residencias de mayores estaban a cargo del Estado en el mismo
momento en el que las “medicalizaron”.
No contento con su petición de
retorcer, tergiversar o distorsionar lo ocurrido, explicaba cuál era la
finalidad perseguida, decía “Hay que capitalizar el descontento del personal
sanitario y de los pacientes. Tienen que notar nuestro aliento. Os pido que
seáis más activos en redes sociales.”
O sea que los socialistas están
en la labor de capitalizar el dolor y el sufrimiento del personal sanitario, al
que el Gobierno, único responsable de combatir la epidemia como Autoridad
Única, mandó a la lucha contra el virus sin los elementos mínimos de protección
y naturalmente hay que aprovechar el dolor de los familiares de los fallecidos,
que se encuentran en una situación que les hace fácilmente manipulables y para
ello anima a los alcaldes a utilizar las RRSS, un medio que les va muy bien,
porque no sé qué sucede pero los bulos de izquierdas tienen una mejor
aceptación en las redes de la que debieran merecer.
Que un individuo que demuestra
con absoluta comodidad su falta de escrúpulos y su miseria moral ocupe un cargo
de la importancia de la Delegación del Gobierno en Madrid, resulta inaceptable.
En cualquier país civilizado, José Manuel Franco, a los cinco minutos de
hacerse pública su miserable forma de entender la política, hubiera sido
cesado. El que no haya sucedido lo único que demuestra es que el Gobierno y su
Delegado comparten una deleznable manera de hacer política. Va siendo hora de
que la ciudadanía le diga a la zurda que no todo vale en política, que el fin
no justifica los medios y que la crisis moral que sufre el PSOE necesita de una
intervención quirúrgica importante e inmediata.
José Manuel Franco se ha
encargado de demostrar que la campaña contra Ayuso no es un invento del PP, van
a por ella utilizando todos los medios a su alcance y si para ello hace falta
retorcer la realidad, se hace y tal día hizo un año. El PSOE va a por Ayuso con
la intención de presentarle una moción de censura y de ahí nacen las falaces acusaciones
de las muertes en las residencias o el alojamiento de la presidenta y se busca
romper la coalición de gobierno buscando los puntos flacos de Ciudadanos y ya
de paso se deja con el culo al aire a Arrimadas de la que dice el bocazas de
Franco que “Inés Arrimadas no tiene todo el control del partido y sí estaría
dispuesta a cambiar gobiernos autonómicos.” Me extraña que la naranjita no haya
salido a los medios para desmentir lo que de ella afirma Franco, a ver si
alguien le recuerda aquello de que quien calla, otorga.
Nada nuevo bajo el sol, el PSOE
acusa al Partido Popular de Madrid de lo que en realidad hicieron ellos, no se
ocuparon de los ancianos, no lo hizo Sanidad ni el Vicepresidente podemita que
salió a los medios de comunicación anunciando que se hacía cargo de las
residencias, ni dotaron, como era su obligación, a los sanitarios de los medios
adecuados y durante el Estado de Alarma, han atacado por activa y por pasiva al
Gobierno de la Comunidad de Madrid, en lo más duro de la pandemia y también
durante la desescalada.
Por resumir, un alto cargo del
PSOE que llevado por su soberbia ha demostrado dos cosas, en primer lugar que
es un miserable y de paso ha dejado una cosa bien clara, si él entiende que es
necesario “retorcer lo de las residencias” es por qué lo que mantiene la zurda
sobre ese asunto es mentira.
Espero que en Ferraz le den el
repaso que merece, no por su miseria moral, no voy a pedir peras al olmo, pero
al menos que le den la bronca que merece por dejar en pelota picada al PSOE
frente a la opinión pública.