Muchas veces un fracaso es un éxito en un momento equivocado.
Francis Ford Coppola fue criticado por escribir un guión extraño e incómodo para la ahora legendaria película “Patton”.
La película fue archivada, tardó años en hacerse, pero cuando fue estrenada ganó un Oscar al mejor guión.
Mientras tanto, Coppola estaba trabajando en “El Padrino” y también estaba a punto de ser excluido de esa película.
Eso muestra que, algunas veces, las cosas por las que te despiden o denostan son a menudo cosas por las que en el futuro te celebrarán, te recordarán gratamente, y, en el mejor de los casos, recibirás premios por tus logros.
Muchas veces, las personas creativas trabajan sobre algo que no es apreciado por las organizaciones en el momento de hacerlo, pero que toman magnitud y relevancia tiempo después, incluso luego de que la persona abandonó la compañía.
Definiciones de productos o servicios, cambios organizacionales, nuevos procesos o procedimientos, metodologías e incluso modificaciones sobre los relacionamientos internos en las organizaciones forman parte de la colección de supuestos fallos que terminaron en éxitos.
En lo personal, tengo varios en mi haber, aunque siempre me dejaron el sabor amargo de no poder disfrutarlos plenamente, ya sea porque había dejado la organización en donde los trataba de introducir, o ya estaba dedicado a otros proyectos y no le prestaba más atención.