Tomar conocimiento de cómo y en qué
se utilizan los recursos fiscales es un área de interés en la población,
particularmente cuando uno es parte de esa contribución en la recaudación fiscal.
Por tal motivo, el nuevo reporte proporcionado por el Servicio de Impuestos
Internos constituye un valioso aporte en aras de la transparencia pública.
Llegado mayo, al igual que muchas
veces sucede en nuestros quehaceres, solemos mirar hacia atrás, probablemente evaluando
lo realizado en referencia a un punto de partida. En este proceso, atendiendo
en el mes de abril, cada año resulta de mucha inquietud no sólo para el gobierno
y sus expectativas para las arcas fiscales, sino también para los contribuyentes,
ya que este periodo se considera el mes de impuestos, debido a la realización
de la Declaración de Impuesto a la Renta.
Dado lo anterior, este interés adquiere
importancia para ambas partes, eso sí, a manera de suma cero, ya que para una representa
una de las fuentes de recaudación fiscal, en tanto para la otra, personas y
empresas, se constituyen en las fuentes “aportadoras” de recursos para el Estado.
En línea con lo anterior, en la
última quincena del mes de abril, el Servicio de Impuestos Internos nos ha
sorprendido con la entrega de un nuevo informe en el cual se detalla la forma
en que el Estado ha utilizado los impuestos recaudados.
Este documento que ha sido denominado “¿Cómo
se usaron mis impuestos?”, ha sido facilitado en esta oportunidad sólo a 60 mil
personas que fueron seleccionadas aleatoriamente, ya que se pretende realizar
una evaluación del impacto generado en torno a los tres modelos de información
contemplados, de manera de mejorar en donde sea preciso.
Así, una vez concluida
esta etapa de evaluación, y seguramente realizadas las mejoras sobre las
observaciones planteadas por los revisores de prueba, permitirá que durante el
mes de mayo, el documento se comparta a más de 3.500.000 personas, población
que comprende a quienes hayan realizado su Declaración de Impuestos a la Renta
en 2020.
Profundizando en el reporte, el
primer modelo es un informe por tipo y área de gasto público; el segundo,
detalla la entrega de bienes y servicios en las principales áreas de gasto
público a nivel nacional: educación, pensiones, vivienda, salud,
infraestructura y conectividad; y el tercero, se enfoca en las mismas áreas de
gastos, pero de acuerdo a la región de cada contribuyente.
Finalmente, con términos como “inédito”,
“muy necesario”, “transparencia” y “control”, se ha resaltado por autoridades el valor de este
informe, el que a la vista de un ciudadano: a) responde a un anhelo que debió darse
respuesta desde hace mucho tiempo; b) probablemente en el
tiempo debiese ser perfeccionado y ampliado en los conceptos de ingresos que se
consideren, a fin de que se tome conciencia clara de sus orígenes, relevancia y
evolución en el quehacer fiscal; y c) se debiese contemplar una cobertura de
entrega mucho más amplia
que sólo quienes declaran por impuesto a la renta, ya que saber cómo y en qué se
usan los recursos fiscales, cualquiera sea su origen, es un compromiso natural
que obliga a un gobierno con cada uno de sus ciudadanos.