"Literatura Cubana" Viejo loco de Pedro Juan Gutiérrez

En el año dos mil dieciocho regresé de La Habana con un libro bajo el brazo del autor cubano Pedro Juan Gutiérrez. No lo metí en la maleta facturada porque deseaba leerlo durante las casi nueve horas de vuelo hasta Madrid. Por suerte traía, en la panza del avión, algunos más que iré compartiendo con gusto en esta sección de literatura cubana.

 

. No lo metí en la maleta facturada porque deseaba leerlo durante las casi nueve horas de vuelo hasta Madrid. Por suerte traía, en la panza del avión, algunos más que iré compartiendo con gusto en esta sección de literatura cubana.
“Viejo Loco”, que así se titula el libro, muestra, en sus quince historias, el peso extraordinario del estilo contundente, directo, casi siempre descarnado de este autor, considerado como el “Bukowski caribeño”.

Pedro Juan Gutiérrez consigue, desde el realismo sucio, abrir de un golpe las puertas a la existencia más cotidiana y turbulenta de diversos personajes que se mueven por una ciudad como La Habana, inmersa en una serie de cambios sociales, políticos y humanos que no escapan a la profunda observación del escritor matancero.

Apatía, muerte, prostitución, recuerdos, violencia, anhelos, religión, desamparo, miseria y soledad; todo ello emerge en un compuesto oscuro y bien presentado a los ojos del lector, transportándolo a la vorágine de unos acontecimientos que tienen lugar entre el calor sofocante de la isla y las manifiestas ganas de los protagonistas por vislumbrar algo mejor para sus inciertas vidas, una ahogada esperanza en algún vuelco repentino que trastoque el orden de las cosas y que conecte la aparente vulgaridad del dinero con la consecución más humana de alcanzar un estatus permanente de mejora material y espiritual.

“Viejo loco” es, sin duda, el vehículo que nos llevará, sin contemplaciones, a las entrañas de una Habana muy alejada de los circuitos turísticos, de los renovados hoteles y de los cayos de arenas blancas y turismo de souvenirs, puros habanos y cócteles.

En la nota inicial del libro que vengo a recomendar, el también autor de la “Trilogía sucia de La Habana”, escribió a modo de aclaración: "Al seleccionar algunos de mis cuentos para este libro, he intentado mantener cierta coherencia temática. De tal modo he tenido que adoptar una actitud racional, analítica, y he comprobado una vez más que lo último que se le puede pedir a un escritor es que haga un análisis racional de lo que escribe. En el oficio de escritor, el instrumento principal que utilizamos es la intuición, es decir, uno escribe sin saber exactamente cómo ni por qué, y no exagero”.

“Yo al menos escribo siempre a ciegas, con el piloto automático conectado. Después vienen los periodistas y los lectores y preguntan y uno procura ofrecer alguna respuesta coherente, pero es solo un intento para quedar bien. Como vivimos en un mundo tan racional y materialista, es de mal gusto decir: No sé”.

UNETE



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