Entrevista a: Lic.
Dong Wook Kim sobre el filósofo paraguayo Vicente Sarubbi Zaldívar
Por: Sergio
Daniel Picco Ortiz
Fecha: 11 de
marzo de 2009
Lugar: Asunción.
Instituto Superior Salesiano de Estudios Filosóficos
Picco: - ¿En qué
contexto conoció al Dr. Vicente Sarubbi Zaldívar?
Kim: - Bueno, un
día iva apareciendo en el sótano de la Universidad Católica. Nos habíamos
inscripto en un seminario con un nombre extraño, en aquel entonces, Teoría
Sistémica Desontológica de Niklas Luhmann. Estábamos unos cuantos que nos
inscribimos y allí nos encontrábamos. Había regresado de Alemania con una
especialización sobre la administración de la universidad. El seminario duró
solo un semestre, lamentablemente después no lo vimos más.
Picco: - ¿Qué es
lo te acordas, profesor, acerca de su carácter, de su personalidad?
Kim: - Era un
hombre. Bueno, era un filósofo. No cabía duda. Era un filósofo de hecho y
derecho. Era un hombre muy serio, muy sistemático y tenía un modo de trabajar
mucho más ordenado. El seminario, el planteamiento de la idea, estaba mucho más
ordenado. Sus discursos, sus conversaciones, todo estaba sumamente ordenado y
sistematizado. Aunque tuviésemos una conversación espontánea, él era una
persona bien aplomada, bien ordenada. Decía lo que tenía que decir, exactamente
como tenía que decir. Luego, lo había visto en algunos círculos, en teatro una
vez y en un concierto en otra oportunidad. Luego, nada más.
Picco: - ¿Por qué
te parece interesante Sarubbi?
Kim:- Porque era
una persona que tenía un conocimiento que los demás no lo tenían. Tenía una
formación y orientación intelectual que en ese momento, los demás, en otros
círculos no se estaban manejando. En ese sentido sentí mucho que no nos
encontráramos más en el campo académico de la Universidad Católica. Sarubbi era
un hombre muy ocupado, su propio negocio, él tenía un instituto de formación de
recursos humanos; era master en administración de empresas, especializado en
formación de recursos humanos. Tenía mucho trabajo, sin embargo, quería
contribuir; pero, por alguna razón no encontraba espacio o algo paso, algo no
coincidió.
Picco: - ¿Ud.
recuerda, profesor, aproximadamente en qué año fue ese seminario?
Kim: - En 1987.
En aquel entonces yo estaba en el segundo año de filosofía y tercero en la
Universidad Católica.
Picco: ¿Es
probable que Sarubbi pueda considerarse como un filósofo social?
Kim:- Como un
filósofo social podríamos considerar a alguien que ha aportado un pensamiento.
Como filósofo no he visto ni una novedad. Si vamos a tomar a profesor Sarubbi
como filósofo tendríamos que tomar también a cada uno de nosotros como
filósofo. Así, todos seríamos filósofos. Pero, en ese sentido yo no lo veo como
un teórico propio de la sociedad, como filósofo social. Ahora, ha tenido sus
trabajos. Yo no he tenido acceso. Se que estaba trabajando en campo social.
Maneja teoría muy actualizada, era un intelectual muy actualizado. Pero, como
filósofo que tuviera un trabajo consecuente como fruto de una investigación y
de una reflexión, no.
Picco: - El
profesor Tellechea, también era su alumno, me había orientado a que podríamos
hacer justicia con Sarubbi si lo consideramos como un filósofo del
conocimiento, si nos acercamos a las materia que él había enseñado. En aquel
entonces enseñaba teoría del conocimiento y metafísica. Teniendo en cuenta la
línea de su tesis. ¿Qué te parece esa idea?
Kim: -En ese
sentido, si vamos a llamar filósofo a eso, hay toda una discusión de tras.
¿Quién es filósofo y quién no? Pero, hay obreros en la filosofía y obreros de
la filosofía por su contribución, por su a porte a la filosofía paraguaya, a la
tradición del gremio filosófico. Entonces, merece el nombre de todo un
filósofo. Porque a qué llamamos filósofo…
Picco: - Sí, ese
es el problema: ¿A qué llamamos filósofo?
Kim: - Ese es el
tema. Cualquier estudiante de psicología recibe título de licenciado en
psicología y ya se le dice psicólogo, auque no se dedique a ser psicólogo.
Cualquiera termina su carrera de derecho y ya le dicen abogado aunque, nunca
haya ejercido. El título ya dice abogado. En el caso de filosofía, quien se
dedique a la filosofía, merece también el nombre de filósofo. En ese sentido
hay obreros reproductores de conocimiento, hay administradores de conocimiento
filosóficos dentro del gremio. Bueno, y si vamos a nombrarlo, entonces es un
filósofo pero, si ha hecho un aporte teórico, novedoso, original. Si no hay una
construcción, en ese sentido no es ni
uno filósofo. En ese sentido, filósofo
son hombres contados en el mundo entero. En ese sentido, Sarubbi, no es un
filósofo, creo que no tuvo un aporte novedoso, una teoría que haya construido.
Sin embargo, si es un pensador filosófico y un hombre que ha aportado mucho en
la filosofía, en el gremio inexistente como un sistema, como un grupo de la
sociedad paraguaya.
Picco: - Esos
criterios debo manejar bien. Y si acercamos esos criterios de pensador
filosófico a Paraguay. ¿Cómo sería?
Kim: - Si vamos a
pensar en el pensador, filósofo paraguayo, Adriano Irala Burgos abría tenido
mucho más originalidad que Vicente Sarubbi. Adriano si tuvo más aportes que
Vicente, en el sentido de ser más original. Vicente Sarubbi era un buen
profesor, era muy bien considerado pero, una vez que viajó al exterior, a su
regreso ya no cupo más en el espacio que estuvo. Eso pasó mucho en la época de
la dictadura sobre todo porque había muy poco espacio. La filosofía estaba
prohibida, entre paréntesis; no estaba prohibido oficialmente pero, sí estaba
prohibido. Cátedras en la Universidad Nacional estaban cerradas, las cátedras
estaban cerradas en cuanto ya estaban habilitadas. Es decir, no más. Estaban
allí cualquier cantidad de gente pero, que entraron por influencia. Y muchas de
esas personas están hasta ahora. Los
estudiantes de la Nacional como chiste cuentan hazañas de profesores y sus
metidas de pata que han tenido. Gente vieja que los alumnos vienen heredando de
la dictadura. No precisamente por concurso. Era una crisis. Pero, que hasta
ahora sufre y no encuentra forma de salir. El Estado no respalda. La
Universidad Nacional tenía autonomía universitaria y como ya estaban tomadas
esas gentes, continúan. Simplemente por antigüedad ya ganan cualquier concurso.
¿Y qué ha producido? Nada. ¿Su capacidad? ¿Cuál es su nivel de conocimiento?
Nada. Y están ahí. Y estando allí han
hecho un montón de cursitos de esto y lo otro… internamente, de dinero pagado
por el Estado. Sumando con algún trabajo que han hecho en algún Ministerio
auque, no tengan importancia, para ellos son puntos, puntos…Son gente que
tienen un currículum largísimo. Se debe cambiar regla de concurso, el criterio
de valoración y selección pero, son cosas que ya están instaladas en la
Nacional. La Universidad Católica era en espacio reducido, había un puñado de
profesores y nada más. No había más espacio. En ningún otro lado había
filosofía.
Picco: - Sarubbi
fue uno de los pensadores en la formulación de la ley general de educación.
¿Recurada si mencionaba algo referente a eso en su clase?
Kim:- Él decía,
en nuestra época de estudiante, que debe se crear una ley, como hay en otros
países, donde los ciudadanos debería poder disponer de los impuestos
voluntariamente. Así que hay muchos países donde ciudadanos o empresas hacen
una donación a una universidad, eso se le descuenta de sus impuestos. Muchos
países tienen esa ley, esa ley es un derecho del ciudadano. Por ejemplo, la
Constitución debe asignar quince o veinte por ciento, no recuerdo bien, de
presupuesto nacional a educación y salud. En la Constitución Nacional había figurado,
no se si ya lo sacaron, pero que figure en una constitución tanto por ciento es
absurdo. Eso debe ser una disposición política. En caso de educación si hay ley
orgánica que diga tanto por ciento debe ser asignado, así también una empresa
puede tomar eso, por ejemplo veinte por ciento y eso debe contribuir a
educación. Porque derecho del ciudadano es controlar el impuesto y en muchos
países es derecho del ciudadano disponer de los impuestos personalmente. Eso
significa gran trabajo. Pero, aquí se paga impuesto para que el Estado se
encargue. Una ley así, sería una salida para la educación.
Picco: - ¿Sarubbi
hablaba de eso o es una idea tuya esta forma de pensar la ley de educación?
Kim: - Es Sarubbi
quien plantea esto, no yo. Él hablaba de esto en clase. Decía que hay que
luchar por leyes como esa. Es posible que la ley que había hecho contemplara
esto, yo no conozco. Tal vez, está por ahí esa parte, porque seguro lo
recortaron.
Picco: - Voy a
investigar, profesor.
Kim: - Eso que él
planteaba no era ley de educación, sino ley impositiva a favor de educación.
Pero debería existir una forma de financiación para la educación. Debe tener
una conexión entre la ley impositiva para financiación de la educación con la
ley de educación. Muchos países funcionan de ese modo. Yo veo que esta es la
solución para recurso financiero en el campo educativo de un país como el
nuestro. Porque esperar de la buena voluntad del gobierno de turno no funciona.
Los gobiernos de países latinoamericanos están ocupados en un montón de otras
cosas. La educación es una cosa urgente; también es un trabajo de los juristas,
podrían pensar este tipo de leyes en la cátedra de ciencias jurídicas en la
Universidad Nacional, en la Universidad Católica y en las facultades que tienen
la carrera de derecho.
Picco: -
¿Profesor, Kim, qué es lo importante en Sarubbi?
Kim: - No lo
conocí mucho. Creo que puede ser su tesis doctoral. Me parece que no trabajo
mucho en filosofía pero, Paraguay es así, no da mucho espacio para producción
intelectual, nuestro círculo es así, pobre en ese sentido. Sarubbi había
producido algunos artículos, creo que la beca que ganó para investigar en
Alemania fue para saber administrar universidades y de paso hizo varios amigos
entre otros estudios. Pero no encontró un espacio para devolver la formación e
investigación que había recibido. Ahora, lo que sí podría ser importante para
la filosofía paraguaya es tomar 1) cuál era su proyecto, qué quería él, en qué
quería aportar en filosofía: 2) lo poco que había hecho, qué había hecho; 3) y
ver cómo continuar eso, ver cómo tomar la posta. En ese sentido es importante
para no empezar de cero; 4) hacer un archivo, juntar documentos, lo poco que
haya sido; 5) qué sueños tenía, por ejemplo, lo que siempre repetía Adriano
Irala Burgos era que nuestra generación trajo la filosofía al Paraguay, ahora
toca a ustedes que produzcan con lo que hemos traído. Entonces él quería que la
filosofía que había traído lo conserve, lo propague, que vaya a la educación, que
vaya a las ciencias históricas, que vaya a las ciencias jurídicas, que vaya a
diferentes facultades; que eso produzca y reproduzca. De hecho se ha dado algo
pero, no tanto así. Si se dio algunos trabajos fue más bien por cada individuo.
Algunos han entrado en educación y esa formación filosófica le sirvió en su
labor pedagógica, algunos han ido a derecho y le sirvió la formación filosófica
que había tenido. De alguna manera le han servido esa formación. Pero nunca
hubo un trabajo sistemático e institucional.
Picco: - Esa es
la tarea que nos han dejado. ¿Y eso es posible?
Kim: - Por lo
general, lo que se hace en otros países como Argentina o Brasil, es siguiendo
líneas de especialización en algún filósofo. En Argentina, por ejemplo, hay un
círculo de filósofos foucaultianos, los foucaultianos no sólo le estudian a
Foucault sino, a partir de la visión de
Foucault hacen crítica de arte, hacen crítica política, hacen crítica a
historia y producen trabajos, van formando historiadores con línea de
epistemología foucaultina. Los trabajos se van formando de esa forma. Tienen un
congreso de Michael Foucault y aparecen algunos hombres relevantes e
importantes y otros que lo apoyan, otros que compiten, hay especialistas e investigadores del área
que van a escuchar las conferencias y se van nutriendo de esa manera. La
producción académica no pasa por los pasillos. Si se va a continuar el tema se
da en ese contexto. Por ejemplo, si el tema es Vicente Sarubbi, se debe ver qué
quería y decir que nosotros queremos lo mismo; Sarubbi era un Kantiano y
Luhmanniano, por eso seguimos escuela de Niklas Luhmann, etc. Lo que le da forma y cuerpo es
especialización en alguna filosofía. Podríamos estar de acuerdo en algún punto
en común pero, lo que consolida es compartir la misma escuela. Se dice que
Sarubbi era Kantiano porque hizo su tesis doctoral en Kant, pero no pudo
continuar su investigación y producción en Kant, en línea de kant; tuvo acceso
a teoría sistémica de Niklas Luhmann. Si existe un grupo humano que se
especialice en Luhmann, para trabajar, podría ser. Pero, eso es muy adoctrinamiento
y una filosofía a la rienda, es como decir vengan aquí, porque aquí somos esto.
Por ejemplo, así se trató la filosofía escolástica o filosofía cristiana
escolástica en la Universidad Católica en la época de la dictadura y no
resulto, no salio. Mis compañeros que estaban más convencidos tampoco salieron
cultivando la misma escuela. Alguno probó pero, no le resulto. En realidad la
filosofía escolástica en el mundo entero se quedó trancada. No es fácil hacer filosofía a la rienda, al
arriero porte… como se hace con los ganados.
Picco: - Me
parece, profesor, que en las clases se estudia en gran parte a filósofos
alemanes. ¿Será que por eso somos tan idealistas y nos cuesta ser prácticos?
Kim:-
Ciertamente. Es, tal vez, por la simpatía o por la orientación que han tenido
los primeros profesores. Coincidencia en ese sentido. Pero, la mayoría de ellos
no ha dejado un trabajo bien definido. A mí me llama la atención Wittgenstein y
Heidegger; es algo mío. Lo que yo rescato de Sarubbi es su actitud filosófica donde
cada concepto lo toma como potencia, una actitud de búsqueda. Es una actitud
muy típica de un filósofo. Esa apertura a la búsqueda es lo propio de un
filósofo, cada pregunta que va abriendo, eso es propio de un filósofo. Otros
difícilmente lo hacen, no tienen esa actitud o no hacen preguntas. Pero esto es
básico, todo buen estudiante de filosofía lo hace, son características
gremiales como los callos de algunos obreros. Eso es algo identificable en
todos desde aquel estudiante que toma en serio, en aquel profesor que inicia o
aquel profesor de autoridad. Es algo característico, es como la corbata y
formalidad de los abogados. Aquel que tomó una formación filosófica en serio se
nota a leguas.