. La influencia anglosajona, sin embargo, nos ha hecho conocer esta noche bajo otro nombre: Halloween. Pese a que con este nos sintamos algo más sosegados y seguros (gracias a sus disfraces y a sus dulces), todos tenemos que tener muy presente que en esa noche hay un protagonista que se sobrepone a todo lo demás: el miedo.
Podría hablar ahora del enorme Edward Allan Poe, el cual está considerado como el padre de la literatura de este género. Sin embargo, voy a dejarlo descansar de momento hasta que la situación lo exija, pues hoy tengo la necesidad de hacerlo sobre una obra que nace directamente de la pluma de uno de sus más talentosos hijos literarios, llevada además magistralmente a la gran pantalla por uno de los mayores directores que la Historia del Cine nos ha permitido conocer, y protagonizada por un actor que no necesita presentación. Ahora que la secuela de esta novela está a punto de ser estrenada en los cines, voy a hablar de “El resplandor”, de Stephen King, adaptada por Stanley Kubrick y protagonizada por el colosal Jack Nicholson.
Coged la manta y cubríos con ella (si el cambio climático os lo permite), porque vamos a entrar en materia.Hablemos en primer lugar del enorme Stephen King. Para los que no lo sepáis, está considerado como el padre de la literatura moderna del terror, pero no podemos olvidarnos de que, como otros tantos, también ha bebido en la fuente de los clásicos. Pero ¿qué clásicos? Sobra decir, como ya mencioné antes, que Edward Allan Poe ha sido uno de los que más ha influido en su narrativa, pero no ha sido el único; también tengo que mencionar a Hollard Philips Lovecraft, creador de una mitología en la que hallamos monstruos tan terroríficos como Nyarlathotep, Shub-Niggurath o Cthulhu.Dicho esto, hay que mencionar que, a sus 72 años, tiene en su haber más de 60 obras (entre una y dos por año), sin contar con relatos y novelas cortas. Pero ¿cómo lo hace? Sencillamente: escribiendo sin parar; y es que las malas lenguas dicen que solo se toma dos días de vacaciones al año: su cumpleaños y Navidad… ¡Así cualquiera!Además de esto, debemos decir que casi todas sus novelas han sido llevadas al cine (por lo que este escritor podría abrir una sola sección de “Literatura llevada al cine”), sin mencionar sus relatos cortos, los cuales han inspirado muchísimos buenos guiones (¿os suena de algo “Cadena perpetua”?).Sin embargo, hoy quiero hablar de una que me impactó: “El Resplandor” (“The Shining”, en inglés).Debo confesar que cuando tuve la capacidad suficiente para interpretar un guion tan complejo, encontré que la película de Kubrick me dejó varias incógnitas en la mente. Fue entonces cuando decidí leer el libro. ¡Sí, esta es una de las novelas que he disfrutado tras ver su versión cinematográfica! Sin embargo, a pesar de saborear con deleite el libro, seguí con las mismas incógnitas —o más— que el enorme director dejó en mi mente… Y es que las dos historias guardan enormes diferencias entre sí. ¡Vaya dos canallas!Por tal razón, no puedo decantarme por una u otra; ambas son obras maestras que retroalimentan su aterradora historia.Y en cuanto a la historia, creo que es el momento de que mencione algo acerca de ella.En el lujoso y enorme Hotel Overlook, perdido en un remoto rincón de las montañas del Colorado (EEUU), nuestro protagonista, el exprofesor Jack Torrance (de cuyo pasado se habla bastante en la novela, y no tanto en la película), acepta un puesto de vigilante durante el intratable invierno. Para ello, se muda con su familia —su mujer, Wendy, y su hijo, Danny, de cinco años—. Sin embargo, pronto comenzarán a suceder hechos que sacudirán con fuerza el bienestar de todos los miembros de la familia, conduciéndolos a situaciones que pondrán en serios bretes hasta la cordura de estos. Y es que este tipo de terror no es el que se tiñe de sangre, de energúmenos armados con hachas que persiguen a sus posibles futuras víctimas o de espíritus malvados que deambulan de un extremo a otro sembrando el caos… ¿O tal vez sí? Desde luego, lo que sí es seguro es que se trata de un terror psicológico (muy en la línea de nuestro querido Stephen). Para más inri, el hecho de meter a un niño en mitad de la trama hace que esta adquiera niveles aterradores. Y es que siempre me han aterrado los niños… ¡sobre todo si poseen algún tipo de percepción paranormal!Ahora hay que decir que, tras su estreno, año 1980, la crítica no la acogió como tal vez habría debido hacerlo. Por fortuna, el pasar de los años la ha colocado donde se merece: en la cumbre de las películas de culto, aupada por los espectadores, simples mortales, que son en definitiva los que dan el auténtico veredicto a las películas. ¡Y decir eso no es decir poco!Uno de los detalles que más llama la atención de la versión española —y que más controversia desató en su momento— es el doblaje. Verónica Forqué presta su voz a Wendy, mientras que es Joaquín Hinojosa (una voz monótona en extremo), y no Rogelio Hernández (la voz que todos relacionamos con el magistral actor), quien dobla al personaje de Jack Nicholson. Sin lugar a dudas, aunque esto pueda parecer absurdo y ridículo, y no menos impactante al principio de la obra (motivo por el cual muchos la criticaron en nuestro país), cuando uno ve la película, no siente que se pierda un ápice del terror que en ella se esconde; diría más, personalmente soy de la opinión que provoca que suceda todo lo contrario. Esa voz de Hinojosa, tan sosegada y calma, hace que los vellos se te pongan como escarpias cuando contemplas cierta frialdad en Torrance, pues hace que contrasten sobremanera el sosiego y los más salvajes actos que una persona puede llegar a acometer. Debo decir aquí que los gritos que da Wendy junto a una puerta (si no la habéis visto, ya sabéis que la buena chica grita, y mucho) no fueron doblados, y se mantienen en su versión original…Hay quien dice que este doblaje se debe a la huelga a la que en aquel año se sumaron los profesionales del sector, teniendo que recurrir a actores… Sin embargo, para tratar de aclarar un poco este asunto, toma más peso la versión de que el mismo Kubrick fue quien dio luz verde a que fuera Verónica Forqué quien doblara a Wendy (cuya entonación es muy parecida a la de la actriz en versión original), tratando de lograr que el espectador sintiera la misma sensación que conduce a la locura al propio Jack —hasta aquí llegaba el control del genial director— e Hinojosa, a Torrance, transmitiendo la apatía que provoca el estar en un hotel encerrado durante varios meses sin poder hacer demasiadas cosas para escapar de la rutina.El impacto, por consiguiente, resulta del hecho de que el doblaje es demasiado real, comparado con los excelentes doblajes a los que en España nos han ido acostumbrando; pero hay que tener muy presente que fue orquestado por Kubrick de manera deliberada.En cuanto al director, al margen de la línea argumental de la película y sus subtramas, hay quien ha visualizado mensajes subliminales que el genial director parece ser que introdujo a lo largo de toda ella… Mensajes relacionados con hechos sociohistóricos o con la propia naturaleza humana y su relación con el mismísimo mal…Así, si aún no habéis visto esta película, y no sabéis qué ver la noche de Todos los Santos o de Halloween, como deseéis llamarla, tenéis una obra que merece mucho la pena… tanto como leer el libro. Lo mejor es que la relación entre ambas (dadas sus diferencias) es conmutativa: tanto da ver y leer, como leer y ver. El resultado siempre será el mismo: disfrutar.Puedes escuchar el contenido de este post en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=1EJ_baD6EYM