"Literatura Uruguaya" reseña La rosa de Jericó

Título: La rosa de Jericó

 

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La rosa de Jericó es un libro que se puede leer de un tirón. El formato elegido por Claudia Amengual para narrar la historia de Elena, la protagonista, incentiva una especie de urgencia por querer saber y por poder entender. La escritora uruguaya alterna entre una narradora en tercera persona y la voz de la protagonista; entre la posibilidad de observarla desde afuera y, a la vez, de poder sumergirse en el mundo interno, en los pensamientos, emociones y sensaciones de una mujer que busca descifrar el funcionamiento de su brújula.

La sensación de invisibilidad que vive en su núcleo familiar, con su marido y sus hijos, y también en el laboral, la lleva a rebobinar su vida, a volver sobre sus pasos. Necesita entender cómo llegó a ese punto en el que siente que no es más que una actriz de reparto; desconectada de todo lo que la rodea pero, principalmente, de ella misma. Y decide empezar a escarbar en su memoria a partir de ese frasco que contiene una pelota de raíces dobladas y secas: la rosa de Jericó.

La planta pasa de madres a hijas. La llegada al mundo de una mujer coincide con el despliegue de la rosa que abandona su estado de marchitez para desvelar su esplendor. Así se lo explicó a Elena su madre cuando, cumpliendo con el ritual familiar, le entregó aquella pelota desprovista de cualquier signo de vida. Una explicación a la que Elena se adhirió, más que por convencimiento, para no romper ese vínculo que la unía a sus antecesoras y a sus descendientes, «…unidas por el poder de lo inexplicable, lo que va más allá de la vida y la muerte». Una elección a la que se sigue abrazando para no quebrar el nexo que siente que, en definitiva, es el único que mantiene con su madre.

Elena piensa y escribe. Les escribe cartas a todas esas personas que marcaron su vida, a las que formaron parte de ella en alguna etapa y también a las que siguen siendo partícipes. Y lo hace para explicarles, para entenderlas y entenderse. Aunque tal vez sean más que nada el recurso con el que intenta salir de ese espiral que la ha mantenido estancada en el limbo del desconcierto, en la angustia del desamparo. Una existencia que, agotada de la supeditación a la palabra después, busca a tientas ese interruptor misterioso que, como a la rosa de Jericó, le conceda la oportunidad de recomenzar, de reinventarse.

La historia de Elena, de alguna forma, es la historia del universo femenino; de una época confeccionada por y para el hombre, en la que la mujer solo lograba verse en los ojos de los otros. Un tiempo que aún, para muchas, es de rabiosa actualidad. Con La rosa de Jericó, Claudia Amengual inició su camino literario público que más tarde novelas como Desde las cenizas (2005), que ganó el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, o El lugar inalcanzable (2018), entre muchas otras, han ido ampliando.

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UNETE



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