El estudio de la Historia,
se justifica en la medida que represente un aporte permanente al presente y sea
un referente a considerar en la visión país del futuro.
El país no lo crea
solamente un hombre, es una cadena de aportes, una arquitectura colectiva del
esfuerzo del ciudadano, con el ciudadano y para la ciudadano.
La patria en una causa,
representado por sus líderes. Líderes que, sus hechos han quedado grabados en
la memoria histórica como referente de las nuevas generaciones, arquetipos que
han permitido el crecimiento de Chile, con un balance positivo en la
actualidad, es el caso del honorable Sr. Walter Schmidt Roestel, nacido
en Valdivia un cinco de diciembre de 1892, hijo de Carlos Schmidt e Inés
Roestel, cursó su educación en el Instituto Alemán de Valdivia y en el Instituto
Nacional Barros Arana.
Consultando varias fuentes
entre ellas a sus descendientes, nietas y nietos del Ilustre ciudadano, Sra.
Isabel, Cecilia, Enrique y Andrés Schmidt; Y al destacado investigador
histórico Sr. Abel Manríquez son contestes en señalar que fue y es hasta
nuestros días uno de los ciudadanos más ejemplares de la década de los años 30 y
con mayor versatilidad de existencia que haya pertenecido a la comunidad
Valdiviana. Se destacó fuertemente, tanto en la sociedad Valdiviana como en el
ámbito de su formación ética y filosófica en una institución integrada por hombres libres y de buena
reputación, ahí creo vínculos afectivos que le permitieron crecer libre de
egoísmos, desarrollándose de manera cooperativa y fraternal, con un compromiso
constante basado en la ética y la moral como elementos fundamentales para
lograr una humanidad más justa, libre y feliz.
Creó e impulsó variadas
instituciones en beneficio de la comunidad local como son
1.-Grupos Scouts,
2.- Sociedad Protectora de
Estudiantes y de Niños,
3.- Rotary Club, Cruz Roja,
4.- socio fundador de la
Universidad Austral de Chile.
5.- Sociedad Protectora de
Empleados de Comercio.
6.- Club de La Unión.
7.- Clubes deportivos Phoenix y
Arturo Prat.
8.- Club Andino.
9.- Cruz Roja de hombres.
10.- Sociedad de amigos del
arte.
11.- Saval.
12.- Cámara de comercio e industria
de Valdivia.
13.- Asociación de viajantes.
14.- Liga Marítima
15.- Liga Protectora de
estudiantes.
16.- Cooperador de la casa de huérfanos.
17.- Cooperador Hoga del niño.
18.- Director de la compañía nacional
de teléfonos.
19.- Director de la asociación de
ahorros y préstamos “ Vicente Perez Rosales”.
20.- Director del Hospital Alemán
desde 1952.
Hay dos referencias
tangibles de su nombre en Valdivia, una calle ubicada entre las
intersecciones de calle Arauco a la altura del número 560 y Avenida Ramón
Picarte cercano al 530, dicha calle que sin perjuicio de ser pequeña, permite
el acceso a la principal arteria comercial de Valdivia y a nuestra Avenida
Principal. Y una Escuela de Educación Diferencial en el sector Regional que
lleva su nombre desde el año 1977 de manera de perpetuar el recuerdo de un
hombre insigne y personaje ilustre de nuestra nación, establecimiento orientado
principalmente a la educación integral de niños y niñas con necesidades educativas
especiales y permanentes.
Don Walter formó un hogar
ejemplar, en el que dignidad, el cariño y el respeto se vieron exaltados en su
forma más plena. En la intimidad de su hogar el amor fue su principal móvil que
diseminó con ternura y paciencia, casado desde 1920 con una Valdiviana, Doña
Erna Vogt Schüler. Amante de las flores se vio en las calles de Valdivia en
compañía de su esposa atender muy bien su cuidado jardín y tomando de algún bello ejemplar que
llevaba hasta su oficina de seguros. Un hombre con una sensibilidad exquisita
que lo empujó durante toda su vida a preocuparse en forma especial de los niños
desvalidos y abandonados. Junto con otro gran ciudadano don Arturo Lopetegui y un
selecto grupo de amigos idearon y pusieron en práctica un plan de ayuda a los
niños desamparados y fundaron el 1933 la sociedad Colonia Infantil, que dio un
hogar a muchos de ellos y unas lindas vacaciones junto al mar. Propulsó el
scoustimo dentro de la juventud escolar, habiendo el mismo experimentado con su
participación mientras estuvo en el internado Barros Arana. Se recuerda por
conseguir ayuda material y contribuir al éxito de los jamborees en la ciudad de
Valdivia. Promotor de la celebración de “ la semana del niño” que multiplicó
para un mejor resultado con visitas y actos en las escuelas premiando a los
mejores alumnos.
Un hombre muy agradable con una
permanente sonrisa en su rostro, alegre y bondadoso, de estampa paternal, con
su serenidad reflejaba su alma noble.
Condujo su vida por el amor y
la empatía hacia sus semejantes, requiriendo para ello de la tolerancia,
optimismo, franqueza y modestia. Perseverante en la alegría de servir a la sociedad.
Hombre innovador social para su
época que se mantuvo impertérrito y sin descanso con el entusiasmo de un hombre
joven y lleno de vitalidad hasta el final de sus días el 22 de enero de 1975.
Vivió para servir haciendo real y efectivo los postulados de un hombre de bien.
Ninguna de sus obras y
participación de tantas otras instituciones hubiera tenido una real valides
sino se perpetuara en la memoria de sus descendientes, ya que dichas obras y
acciones estuvieron amalgamadas con los valores y principios Universales, que se
iniciaron desde el seno familiar, base para el desarrollo eficaz de las obras trascendentales.
Sus nietos Isabel, Cecilia, Enrique y Andrés Schmidt, lo recordaron en una
lluviosa tarde de invierno este año en una grata reunión en Isla Teja, perpetuando
en el recuerdo familiar a su abuelo como
un hombre bueno, autentico, altruista, cariñoso, sensible, coherente, de
valores bien arraigados en el cual destacaron la vida en común y por el bien
común. Les enseñó que la sociedad para progresar necesita salir del
egocentrismo, que la Unidad es la base para salir airosos de los tiempos de
crisis, haciendo memoria a las tragedias del terremoto 1960 y posterior
riñihuaso. Muchos son los recuerdos de Don Walter como abuelo desde el
chocolate en el escritorio para sus nietos y las hermosas Dalias de su jardín,
y los paseos en el vapor “Chulao” de Don Eduardo Prochelle, cuando Valdivia
tenía una relación más intrínseca con el desarrollo fluvial.