"Literatura escrita por mujeres" la escritora Christine de Pizán

Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra, bien en escritos y tratados… Yo, que he nacido mujer, me puse a examinar mi carácter…

 

. Pero por más que intentaba volver sobre ello, apurando las ideas como quien va mondando una fruta, no podía entender ni asimilar como bien fundado el juicio de los hombres sobre la naturaleza y conducta de las mujeres. Al mismo tiempo, sin embargo, yo me empeñaba en acusarlas porque pensaba que sería muy improbable que tantos hombres preclaros, tantos doctores de tan hondo entendimiento y universal clarividencia (me parece que todos habrán tenido que disfrutar de tales facultades) hayan podido discurrir de modo tan tajante y en tantas obras que me era casi imposible encontrar un texto moralizante, cualquiera que fuera el autor, sin toparme antes de llegar al final con algún párrafo o capítulo que acusará o despreciara a las mujeres.

(La ciudad de las damas)

“Literatura escrita por mujeres” por Mariángeles Salas.

Christine de Pizán (Venecia 1364- Seine-et-Oise 1430), filósofa, escritora y poeta humanista, es considerada la primera escritora profesional en la Historia.

Fue una mujer docta, ilustrada y preparada gracias a su padre, profesor en la Universidad de Bolonia, llamado más tarde de la corte de Carlos V de Valois en calidad de médico y astrónomo, quien se preocupó personalmente de su formación, en contra de la opinión de su madre quien prefería instruirla en las labores del hogar, por otra parte, lo normal para una mujer de su tiempo.

En esa época, de la mujer no se esperaba mucho más que dar a luz y cuidar de la casa y de los hijos. Por ello resulta sorprendente descubrir que fueron dos hombres los que le alentaron a desarrollar sus dotes intelectuales. Uno de ellos, su padre, Tomas de Pizán, el otro, Etienne de Castel, un notario y secretario del rey francés con el que acabó contrayendo matrimonio cuando cumplió quince años. Ambos estaban profundamente enamorados, Etienne admiraba a la que consideraba su musa. Sabía lo espabilada que era su joven esposa y, por ello, desde el primer día, le alentó a continuar escribiendo, pues sabía que esa era su gran pasión.

 Pero su vida cambió de un día para otro cuando, debido a una enfermedad, su padre fallecía en 1390. Pocos meses después, Étienne también moría de forma repentina. Christine quedó viuda y sin padre con tan sólo 25 años. Pese a su juventud, tenía que hacerse cargo de sus tres hijos, su anciana madre y una sobrina. Le resulta muy difícil heredar las tierras de su padre por ser mujer. Los acreedores le reclaman deudas de su marido, que no sabe si son reales o falsas. El dinero en efectivo que poseía, lo invierte con un mercader que le prometía triplicar su valor, pero que resultó ser un engaño, perdiendo todas sus posesiones.

Ante la situación desesperada en que se encuentra, acude a antiguos conocidos de palacio para que le ayuden.

Desde la corte le ofrecieron dos opciones: ir a un convento o volverse a casar. Pero ninguna de esas opciones estaba en la mente de la muchacha, así que tomó una tercera y valiente alternativa: seguir escribiendo.

La reina Isabel, esposa de Carlos VI, se convierte en su mecenas y le da el apoyo económico necesario, para que se dedique a escribir, disponiendo de un estudio propio en la Biblioteca Real.

 Su perseverancia dio pronto sus frutos. Los miembros de la corte conocían su destreza con las letras, por lo que decidieron darle una oportunidad a cambio de que escribiera una elegía del ya fallecido Carlos V. Nacía así su primera obra escrita por encargo y con la que la joven ganó una importante recompensa: El libro de los hechos y las buenas maneras del sabio rey Carlos V.

El éxito fue tal que empezaron a pedirle escritos de todo tipo. De este modo, Christine pudo mantener a su familia con una obra que pasó de hablar de historias de amor a temas más comprometidos como la filosofía, la política, la historia o el derecho de la mujer en la sociedad.

Tanto en la Edad Media como en el Renacimiento las mujeres tenían prohibido entrar en las universidades, teniendo muy menguadas las actividades profesionales, y sufriendo constantemente una misoginia intelectual y religiosa por parte de la Iglesia, minusvalorando el papel de la mujer en la sociedad.

Esto provoca un gran debate intelectual en la época. Alrededor de la Universidad de Paris, se crea la Orden de la Rosa, que era una asociación masculina que pretendía defender el honor de las mujeres. Christine organiza “La Querelle de la Rose”, asociación femenina similar a la de los hombres y con la misma finalidad, teniendo un gran éxito, que llegó hasta el siglo XVII.

Con esta organización, se abre un debate histórico que trata sobre la naturaleza, posición y esencia de la mujer, planteando el lugar que debía ocupar la mujer en la sociedad y la familia. En el debate participan mujeres, pensadoras e intelectuales, que se oponen a las teorías actuales, basadas en cuestiones biológicas, que presentaban al hombre como la perfección máxima de la Naturaleza.

En 1399 escribe Epístola del Dios del Amor, donde rechaza a los falsos amores y amantes, quienes prometen y luego no dan. Al año siguiente, en 1400, escribe dos ensayos sobre el sentido del amor cortés: Dechado de Poissy y Debate de los dos amantes. En ellas se planteó el papel de la mujer en las composiciones poéticas y cómo éstas le afectaban. También opina sobre la política escribiendo Epístola a la reina Isabel y sobre la justicia militar de la época con El libro de los hechos de armas y caballeros.

En La ciudad de las damas, escrita en1405, la más importante de sus obras,  clamó contra el sistema misógino y a favor de los derechos de las mujeres. En él da voz a las mujeres, esta vez como ciudadanas, status exclusivo de los hombres, y crea una ciudad donde ellas, con las Tres Virtudes, al igual que ellos, tienen sus espacios y toman sus decisiones.

Christine asiste a la guerra civil, que se da en Francia, a partir del año 1410 entre los borgoñeses y los armañacs. Escribe dos libros Lamentaciones sobre la guerra civil y El libro de la paz. Ante la caótica situación, que vive Paris, como consecuencia de la guerra civil, abandona la ciudad en el año 1412, se refugia en el convento de Poissy, donde se encuentra su hija. Lleva una vida interior tortuosa en el convento y durante diez años deja de escribir.

Sin embargo, un hecho hace que vuelva a escribir. Son los acontecimientos que en el año 1421, donde la ciudad de Orleans se encuentra sitiada por los ingleses, apareciendo la figura de Juana de Arco, que guía a las tropas francesas consiguiendo que se levante el cerco de la ciudad. Ella le dedica el libro Le Ditie de Jehanne d’Arc.

Christine de Pizán, mujer valiente y muy inteligente, que supo enfrentarse a la discriminación que imponían en la época los hombres y sobre todo la Iglesia, muere en Poissy a los 66 años. Se le reconoce el mérito de ser la primera mujer dedicada profesionalmente a escribir, y es considerada como la precursora del movimiento a favor de la mujer, siendo el primer referente del feminismo.

UNETE



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