. Este año 2018 el mundo y la región ha estado
alerta frente al destape de hechos de corrupción que han tumbado a líderes
intocables y han abierto camino a la civilidad que irrumpe con manos limpias a
remover la basura de sus instituciones.
El fenómeno social de los
chalecos amarillos en Francia, no ha sido un estallido desde la marginalidad
como lo fuera cerca de diez años atrás, cuando la cintura de París se inflamó
de vandalismo y quema de automóviles. Ahora el asunto tiene mayor profundidad
porque los que están en las calles son clase media, trabajadores que ven
desmantelados sus derechos adquiridos, defienden la institucionalidad
republicana, al Estado que funciona bien,
y rechazan la política neoliberal de Macrón y los abusos del poder
económico transnacional.
Que Donald Trump abogue por el
interés nacional de los EEUU, ha significado una impronta de nacionalismo
económico que partió por negociar con fuerza la reactivación de la industria,
jaqueada por las importaciones desde China, con precios dumping que inundaron
la economía norteamericana. Se puso en duda el NAFTA, se agredió a la Unión
Europea, se despotricó contra la burocracia de la ONU, se presionó a Corea del
Norte para después bajarle el perfil a la amenaza.
Con la proclamada guerra
comercial arancelaria, EEUU ha buscado exigir de China un mejor comportamiento.
Como ya no existe posiciones hemisféricas como en la guerra fría, la respuesta
tanto de China como de Rusia ha sido apoyar a países “del patio trasero de
EEUU” instalando sus intereses en
América Latina, con apoyos impensados de Putin a la Venezuela de Maduro y a
Bolivia, donde Evo Morales nuevamente se
postula, torciéndole la mano a su propia Constitución. El riesgo emergente es
que, en caso de guerra mundial, el conflicto tocaría nuestras fronteras.
Plantear cooperación en la región es urgente para prevenir que los conflictos
entre superpotencias lleguen a América Latina.
Todo esto lleva a la conclusión
de vivir una dispersión del poder mundial, con empellones de los grandes
actores que abren hipótesis de conflictos mayores, con el terror instalado de
una 3a Guerra Mundial.
Si uno sobrevuela la región,
puede sorprenderse de nuevos episodios que anuncian un cambio de paradigmas en
la política. Que el nuevo Presidente de México, López Obrador, AMLO, haya
debutado bajándose el sueldo y aplicando una política austera en toda la
Administración Pública mexicana con un acento de lucha contra la corrupción y
el narcotráfico, da una respuesta a la actitud imperialista de su gran vecino,
que insiste en frenar las migraciones, avanzando en la construcción del muro de
la vergüenza en toda la frontera de México con EEUU.
México rompe con el Presidente
AMLO la desesperanza y resignación frente a las máquinas institucionales de
corrupción y muerte. Salta de inmediato la comparación entre AMLO y Pepe
Mujica, prócer de la decencia republicana del Uruguay, alentando sueños
ciudadanos de una recuperación ética de nuestras sociedades.
En Brasil, con procedencia
militar y dichos nacionalistas, aparece el fenómeno Bolsonaro que
también responde al voto castigo que Brasil ha dado a la corrupción. Bolsonaro
ya sorprende con la reducción del tamaño del Estado y la conformación de su
gabinete. Porque ha incorporado a Sergio Moro como Ministro de Justicia, que como Fiscal llevara la investigación que
culminó con el apresamiento de Lula; y también
a fiscales anticorrupción de sus fuerzas de tarea. Lula Da Silva cumple
condena de 12 años por corrupción. Instalado ese equipo en el poder, con una
voluntad política manifiesta de Bolsonaro en orden a destapar la olla de
corruptelas, el Ministerio de Justicia, anuncia una profundización de las investigaciones
y desmantelamiento de las máquinas de defraudación fiscal, con nuevas aristas
en la causa Lava Jato, Petrobras y Odebrecht.
Perú también presenta un gobierno
auspicioso en medidas anticorrupción. Alan García fue expulsado de la Embajada
de Uruguay en Lima, donde pretendía pedir asilo. Mal les está yendo a los
corruptos. En Argentina, se vive una descomposición mayúscula, de la cual son
responsables los populistas del peronismo K, que se coludieron con
multinacionales y entregaron subsidios a la población con cargo a deuda, sin
respaldo fiscal. Macri ha recompuesto las relaciones con el orden financiero
del FMI y Banco Mundial, pero su margen de maniobra es débil. Hechos sociales
que han afectado más la imagen de la Argentina fue el bochorno de la final Boca
- River, que mostró negligencia policial y una violencia visceral, que allí se
llamó barras bravas, pero muestra un profundo irrespeto a lo oficial, lo cual
hace de la democracia argentina un valor desmerecido que enfrenta el riesgo,
nuevamente, de dictaduras castrenses.
La cumbre, llena de chascarros,
mostró a los adversarios en el juego geopolítico mundial, incluyendo al
príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, acusado por la CIA de
ordenar el crimen del periodista Jamal Khashoggi, en el consulado saudí de
Estambul. En esa cumbre el mundo pudo apreciar gallitos, desaires, sonrisas y
muecas del jet set del poder mundial.
Chile no puede declamar
imparcialidad frente a la guerra comercial, pero, con la política del tendero
ha mejorado su posición comercial con China, lo que ha significado que la
guerra comercial, en general, no ha afectado al país en sus negocios
internacionales. No existen señales de que pueda haber cambios de política
comercial en Chile, la economía se juega a seguir abierta, aunque en cuanto a
migraciones se ha tomado medidas restrictivas y selectivas de dichos flujos, lo
cual era muy necesario.
La política interna de Chile se
ha centrado en las investigaciones de casos de corrupción centrados
principalmente en Carabineros (asesinato de Camilo Catrillanca) y el Ejército,
donde por años se han ido prolongando los procesos. La preocupación ciudadana
es que pasa el tiempo sin que existan sanciones ejemplares contra los corruptos
que han cometido delitos de malversación de fondos reservados, por sumas
gigantescas. No hay presos, ni degradaciones ni querellas claras contra quienes
resulten responsables.
La realidad es amenazante, pues
cuando el gobierno ha hablado de corregir el sistema de pensiones, el
Comandante en Jefe del Ejército ha dicho que defenderá “con dientes y muelas”
su sistema previsional. Es decir, ha emplazado al poder civil en forma
deliberante, oponiéndose a cualquier cambio, exigiendo prácticamente que se
mantenga sus privilegios. Lo cual ha jaqueado al gobierno de Sebastián Piñera,
que aspiraba a ser un gobierno de centro derecha, representante de la clase
media, pero los amarres de esos sectores tiran hacia posiciones más duras, lo
que evidencia que la llamada familia militar, sigue profesando los valores del
pinochetismo.
Cierra diciembre con un ánimo de
incertidumbre. Chile juega en el mundo la estrategia del comerciante y ello
necesita tiempos de paz. Pero, si se diera un escenario bélico internacional,
la sensación sería de inseguridad como Estado Nación, toda vez que una
conflagración mundial, generaría o impondría alianzas, rompería las reglas de
todo lo conocido y nuestro territorio, nación e institucionalidad se verían
amenazados profundamente. Frente a lo cual, la mesura, la sensatez, debiera ser
la tónica para la solución de nuestros conflictos y es responsabilidad del
gobierno distender las tensiones y temores para lograr una mayor armonía y paz
interna, que no debe confundirse con la paz de los sepulcros.
Hernán Narbona Véliz, Periodismo
Independiente, Diciembre 2018.