No cabe duda que el gobierno por
entrar, está poniendo en verdaderos aprietos a la clase política y a la
burocracia del gobierno que está por salir. Lo primero que causó desconcierto y
molestia fue la propuesta de cambiar a diversos estados las sedes de las
dependencias de gobierno, cabe destacar que los trabajadores del bureau
(escritorio), tienen
salarios altos y el trabajo que desempeñan que es mucho menor al que hace un
docente, médico, ingeniero o cualquier otro empleado, además, gozan de
privilegios como: no tener hora de entrada específica, pago de viáticos, gastos
de representación, servicio médico público y servicio de gastos médicos mayores
en clínicas de gran renombre, pago de uno que otro viajecillo, jugosos bonos
disfrazados de premios al trabajo, pero en el fondo eran remuneraciones por
descarado trabajo político. En fin, despacho y firma de documentos que elaboran
otros, justo esa es su función.
Todo era felicidad y emoción
hasta antes del 1°de julio porque al ganar AMLO y dar a conocer las
adecuaciones que se harían a la administración del nuevo gobierno, la
preocupación invadió y se manifestaron en contra de la proposición indecorosa, tachándola
de incongruente y populista. Algunos de los cambios propuestos son las
siguientes:
Secretaria de Agricultura en Ciudad Obregón,
Sonora.
Salud en Chilpancingo, Guerrero.
Comunicaciones y Transportes en San Luis Potosí.
Pesca en Mazatlán, Sinaloa.
Ganadería en Jalisco.
Minería en Chihuahua.
Recursos Forestales en Durango.
Economía en Monterrey, Nuevo León.
CONAGUA en Veracruz.
Desarrollo Social en Oaxaca.
Cultura en Tlaxcala.
IMSS en Morelia, Michoacán.
ISSSTE en Colima.
SEP en Puebla.
CFE en Chiapas.
PEMEX en Ciudad del Carmen, Campeche.
Energía en Villahermosa, Tabasco.
Medio Ambiente en Yucatán.
Turismo en Chetumal, Quintana Roo.
Función Pública en Querétaro.
Trabajo en León, Guanajuato.
SAT en Mexicali, Baja California Norte.
CONACYT en La Paz, Baja California Sur.
Los burócratas visiblemente enojados,
argumentaron que no pueden ir a otros lugares porque ya tienen un modo de vida
en la Ciudad de México o porque sus hijos acuden a escuelas o porque ya
compraron casa y la están pagando. De inmediato reflexione y comencé a redactar
este artículo en el cual presento evidencias de lo injusto que sería ser
concesivos con la burocracia, ante esta inminente revolución centro-periferia.
Es de todos conocido que docentes,
médicos, policías y hasta sacerdotes, tenemos
profesiones muy sacrificadas desde que egresamos de nuestras instituciones
escolares para emprender los caminos laborales, recordemos que los profesionistas que salían de la escuelas, eran insertados en alguna
comunidad lejana a su hogar en donde atendía a una población específica, en
ninguno de los casos antes mencionados, se les pedía opinión de los lugares a
los cuales irían, para el caso del docente, lo ubicaban lejos de su hogar, de
tal modo que era imposible ir y venir el mismo día, por tanto se quedaban en la
comunidad y a veces hasta en el salón de clases en donde un catre que se
doblaba facilitaba que el espacio se
convirtiera de cocina,, sala o dormitorio y a la mañana siguiente muy temprano se
transformara en aula, la comida la proporcionaban los habitantes del lugar y
las visitas a la familia eran cada semana, la soledad era su compañera después
de que en las escuelas se tocaba el timbre de la salida.
El caso de médicos y enfermeras
es parecido al anterior porque al terminar su carrera profesional, salen a
realizar servicio social en centros de salud (CS) ubicados en rancherías, pequeñas
comunidades o poblados alejados, por tanto: no pueden regresar a sus casa
diariamente, es necesario decir que en los CS se construyen pequeños cuartos
para que se queden los estudiantes, debiendo estar disponibles los 365 días del
año, esa es la causa por la que no pueden regresar a sus hogares sino hasta vencido
el Servicio que dura un año aproximadamente. Esta es otra muestra más de que la
clase trabajadora ha padecido la movilidad desde siempre y para dar paso a la
justicia social se coloca a los egresados en lugares alejados en donde nadie
quiere ir. Me pregunto si los burócratas no han entendido que todos somos
México y ahora les toca a ellos ser parte de este proceso de cambio.
Ya no profundizare con lo que
pasa con el policía que es enviado a diversos lugares a sabiendas de que, en
muchos de estos, su vida corre peligro. No he sabido que les pidan opinión
acerca del lugar en donde desean estar, pues un día están en Tijuana, Baja
California Norte y cuando menos lo piensan están en Yucatán y deben acatar el
mandato. Bueno hasta los padrecitos que
cuando se ordenan van a parar a parroquias y capillas de lugares alejados a
veces en lugares de buen ver, pero muchos otros en donde no tienen ni lo mínimo
necesario para vivir.
Se pretende con ello abatir la
contaminación ambiental en la Ciudad de México, lograr una distribución de la
población hacia la periferia, crear fuentes de empleo en los diversos estados
de la República Mexicana, promover el desarrollo económico, pero también organizar
de modo descentralizado a nuestro querido México.
Así que mis queridos burócratas,
hoy les toca también a Ustedes ser parte de este cambio, para no ser sólo, los
de siempre quienes han sido sacrificados por muchos años en aras del progreso
del país. Más valiera que se conformaran
y aplicaran la resiliencia (discurso gubernamental para invitar a la adaptación)
porque estamos ante una nueva forma de organizar la nación y no hay modo de
escapar.