. Centenas de experiencias condensadas en apenas un minuto y ocho segundos, donde imágenes, sonidos, vibraciones y equivalencias a olores y sabores pasan a toda velocidad, pareciendo que no se experimentan mientras el subconsciente recoge toda información. Se probó en todo tipo de personas con resultados satisfactorios, obteniendo múltiples respuestas en favor de la emoción y el asombro.
En la versión final del programa, de sesenta y nueve segundos de duración, los que lo probaban se quitaban las gafas de realidad virtual con cierta parsimonia. Los días siguientes actuaban como sonámbulos en vida, comiendo por inercia hasta que dejaban de hacerlo; se dejaban morir, sin mostrar ningún tipo de problema, dolencia o depresión.
Todo aquel que probaba el programa de la vida resumida, parecía satisfecho en la mayor de las seriedades. Todos morían, aunque imposible de decir si era por voluntad propia o no. Cerraban los ojos y ya no los abrían más.El programa con las gafas de RV obtuvo un récord de ventas. La gente sabe las consecuencias, pero ceden al morbo. Poco a poco más personas quieren vivir esa experiencia. Otros prefieren vivir lentamente en un mundo cada vez más silencioso. Parece que hasta el tiempo ha dejado de existir.