Puerto Rico: Sin dudas razonables de levantarnos solos tras el devastador Ciclón María a 53 días

 

. Como todos saben, el Caribe recibió dos Ciclones Categoría 5 en menos de dos semanas, el Ciclón Irma y el Ciclón María, siendo éste último el más devastador en nuestra historia como puertorriqueños. El 19 de septiembre de 2017, ya en algunos municipios de la isla comenzábamos a observar como se deterioraba el tiempo, como las playas comenzaron a retirarse de la orilla, presagio de algo completamente peligroso, las aves en manadas buscando refugio ante lo que venía. Nosotros como pueblo estamos acostumbrados a todos los años a partir del 1ro junio hasta el 30 de noviembre a recibir la temporada de huracanes, pero jamás pensamos en que nos fueran a visitar dos Ciclones con vientos sostenidos de 185 a 200 mph. El 20 de septiembre comenzó la isla a sentir los primeros vientos y lluvia que al paso de las horas fue convirtiéndose en una completa y absoluta catástrofe para los 78 municipios que dan forma a la isla, incluyendo a las dos islas municipios de Vieques y Culebra. Su furia se ensañó con nuestra hermosa isla, nuestro temor comenzó a transformarse en miedo y al paso de las horas en terror, tornados, varios terremotos cuando ese el ojo de ese monstruoso Ciclón tocó tierra por el sureste de la isla, les confieso que mi tensión arterial se fue de control al sentir todo lo que sentimos en el sureste, pues resido en el Municipio Autónomo de Juncos, uno de esos pueblos que recibimos lo peor en vientos. 3.4 millones de puertorriqueños en la isla, 3.4 de corazones desesperados, escuchando el estridente sonido que emitía el Ciclón que aumentaba su furia, un día y medio todos refugiados en nuestros hogares y miles en los diferentes refugios habilitados, el mar entrando con furia, con rabia, con odio arrasando con todo a su paso, las montañas abrazadas por la fuerza de las aguas provocando miles de derrumbes, miles de proyectiles de todas formas, tamaños y en miles de direcciones, muestra que arrasaba con todo a su paso, pedazos de hogares que por su fragilidad no soportaron los vientos y volaron por toda la isla. Colapsó el 100% del servicio de energía eléctrica de la isla, del sistema de agua potable que depende en gran manera de la energía eléctrica para poder impulsarse, colapsaron las telecomunicaciones en toda la isla, internet, telefonía celular y residencial, Radio Emisora y Televisión, un total caos. Cuando comenzamos a salir de nuestros hogares aún con las ráfagas de fuertes vientos que desprendía la cola del Ciclón, ver en nuestros hogares la destrucción, los daños e incluso en los interiores, porque el 90% de los puertorriqueños tuvimos que en medio de la emergencia atender las inundaciones de diferentes maneras que entraban a nuestros hogares, pero al salir y ver la total destrucción, ni un árbol se salvó de la furia de María, literalmente un campo de guerra después que lanzaran bombas y quemado todo a su paso. Realmente desesperante y causante de miles de lágrimas al saber que solo observábamos nada comparado con lo que al tiempo descubriríamos había sucedido a nuestra isla del encanto. Hoy, a 53 días donde mas del 70% de la isla aún no tenemos el servicio de energía eléctrica, donde mas del 45% aún no tienen el servicio de agua potable y que las comunicaciones es gracias a el esfuerzo de países como España, República Dominicana, Chile, Estados Unidos, Portugal entre otros que han unido las picas antenas que quedaron en pie para poder proveernos servicios, lo cual agradecemos porque fueron semanas de intenso dolor por no tener ningún medio de comunicación sin saber de los nuestros aún en la isla, fue desesperante. Aún hoy continúa siendo desesperante el ver que en un mes y medio se han marchado de la isla los puertorriqueños que emigrarían en unos dos años, continúa siendo un panorama triste y en cierto modo desolador. Pero lo más doloroso para nosotros como pueblo es ver la ineficacia e ineficiencia gubernamental, donde en medio de la emergencia existente, un Presidente de los Estados Unidos llegó a la isla a tratar de minimizar el dolor nuestro, ridiculizar y hasta cierto modo ser insensible con el pueblo, seguido los políticos de los diferentes partidos descaradamente haciendo millonarios contratos con empresas cuyos tentáculos sucios, se llevarían millones para hacer un trabajo que quedaría a mitad para que se pudiera restablecer cuando antes el sistema eléctrico de la isla, realmente mientras nuestros gobernantes juegan a "gobernar", el pueblo continúa padeciendo de epidemias, poca salubridad en los hospitales, hambre porque hay lugares en nuestros campos montañas dentro que aún no han recibido ayudas, realmente largas colas en bancos, gasolineras, supermercados que aunque han ido menguando, no cesan del todo, lo que muestra que realmente somos nosotros los ciudadanos quienes tendremos mano a mano que levantarnos din esperar mucho de los gobernantes. La diáspora puertorriqueña al rededor del mundo han sido quienes han sacado la cara por nosotros, presionando en el Congreso de los Estados Unidos para que haya igualdad, esa igualdad que tenemos por derecho al ser portadores de la Ciudadanía Americana, le guste o no a Donald Trump, la tenemos, aunque no hayamos pedido tenerla en esa manera, nos corresponde por derecho de nación en medio del problema arcaico de estatus. Yo no se que pasará de aquí en adelante, yo deseo apostar a levantarnos, no será fácil, nada volverá a ser igual, pero deseo de todo corazón que alrededor del mundo no se olviden de nosotros, porque esta guerra solo se ganará con el respaldo de ustedes, porque en lo local estaremos solos. Puerto Rico es cuna de grandes poetas, deportistas, músicos, compositores, actores, ingenieros, soldados, próceres, de mucho porque sentirnos orgullosos, nuestra hermosa islita ha brillado por año en medio del mundo, y hoy no quise colocar fotos del desastre, sino de una frase que el cantautor y compositor español Alejandro Sanz dijo en un Concierto solidario en favor de la isla y que a nosotros como puertorriqueños nos hizo llorar de la emoción. No nos dejen solos, porque ustedes no tan solo la diáspora, sino los amantes de la justicia universal, son ese motor importante que nos inyecte fuerzas a través de su apoyo y respaldo y así puedan mantenerse al tanto de todo lo que suceda y puedan ser parte de nuestra salvación como isla y de ese brillo que nos caracteriza con alzar su voz ante quienes puedan ayudarnos. En medio de uno de los recorridos por la costa este de la isla, mi sensación de dolor fue a tal nivel, que sufrí un ataque de ansiedad al ver la devastación y furia con la que el mar arrasó todo a su paso y solo logré calmarme al dar paso a la musa: ¿Cómo no he de llorarte patria mía? ¿Cómo no he de llorarte patria mía? si sangras por todos lados y en mi corazón destrozado quiero verte florecer. ¿Cómo no he de llorarte patria mía? si estás tristemente afectada llorando miles quebrantos que se aferran a tu alma. ¿Cómo no he de llorarte patria mía? si tardarás en devolver aquella hermosa sonrisa en cada buen atardecer. ¿Cómo no he de llorarte patria mía? si te observo retraída esperando ser sanada lejos de quien te hería. ¿Cómo no he de llorarte patria mía? hasta el cansancio te lloro porque estás tan lacerada y en pie verte yo te añoro. ¿Cómo no he de llorarte patria mía? si me llegas hasta el ser Puerto Rico de mi alma tierra que me vio nacer. Esto ha sido un poco el desahogo de mi corazón en medio de lo que aún vivimos a 53 días del paso de ese terrible Ciclón María sobre la isla de Puerto Rico. Más adelante compartiré un poco más de como va avanzando todo, un fuerte abrazo y en medio de la poca señal digital que tenemos, presento este escrito de hoy. Un fuerte abrazo y lejos de credos y denominaciones religiosas o políticas, les pido con respeto sus rezos, oraciones, buenos pensamientos y sobre todo sentimientos de respaldo. ¡Gracias! Peter Pantoja Santiago Juncos, Puerto Rico

UNETE



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