. Donde los distintos candidatos han comenzado a desplegar
durante las últimas semanas su publicidad electoral tanto en calles como en los
medios de comunicación, desarrollándose al mismo tiempo el período de franja política
a través de los canales de televisión abierta.
En este sentido, la
última encuesta CEP –la llamada “madre de todas la encuestas”- reafirmó algunas
tendencias electorales que se han ido estableciendo y consolidando durante los
últimos meses. Donde tanto el tiempo y tipo de campaña, como el efecto de las
primarias de julio han sido claramente determinantes para algunos candidatos,
ya sea para bien o para mal. En este último aspecto podemos inscribir, por
ejemplo, la candidatura de Beatriz Sánchez, quien apareció como una candidata novedosa
al comienzo de oficializar su candidatura, ya que no venía del mundo político
sino que de los medios de comunicación, pero que a poco andar ha ido mostrando importantes
ripios, improvisación e inconvenientes durante su campaña.
Hay dos factores que
han terminado por torpedear su candidatura, en primer lugar, la baja
participación en las primarias del Frente Amplio, que fue mucho menor a las
expectativas que se había autoimpuesto este conglomerado, lo que le ha dado un
bajo “piso electoral” a Beatriz Sánchez. En segundo lugar, la crisis que se generó
producto del veto de Giorgio Jackson a la candidatura a diputado de Alberto
Mayol por el nuevo distrito 10. Hecho que genero un profundo cuestionamiento y
un daño al liderazgo de Sánchez al interior de su conglomerado. La caída en la
adhesión a la figura de Beatriz Sánchez se puede apreciar en las tres encuestas
que el CEP realizó durante este año (abril-mayo, julio-agosto,
septiembre-octubre). Al observar el ranking de los personajes políticos de
abril-mayo de 2017, la candidata del Frente Amplio encabezaba el listado, sin
embargo, en la última encuesta de septiembre-octubre ésta descendió hasta el
quinto lugar –el mismo listado que hoy es encabezado por el candidato
presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera-. Donde si bien el porcentaje conocimiento
de Sánchez ha ido creciendo (de 53% a 78%), no obstante, su evaluación positiva
ha disminuido significativamente (de 44% a 33%), y su rechazo ha aumentado
exponencialmente (de 23% a 31%). Este complicado escenario
electoral para la candidatura de Sánchez con miras al paso de una eventual
segunda vuelta, se suma a los planteamientos de algunos dirigentes del Frente
Amplio de abrir la puerta para sentarse a negociar con la Nueva Mayoría, un
virtual apoyo a la candidatura de Alejandro Guillier en segunda vuelta. Donde en el caso de este último las primarias
también han resultado determinantes, claro que el punto está en que la Nueva
Mayoría se restó del proceso tras la fallida candidatura de Ricardo Lagos
Escobar. Lo que ha traído costos políticos y electorales a la candidatura de
Guillier, ya que la no realización de las primarias en la coalición oficialista
impidió movilizar su electorado, abriendo además la puerta para que la Democracia
Cristiana (DC) tomara el camino propio con la candidatura de Carolina Goic, generando
una división de la Nueva Mayoría, que tradujo en la exclusión de la falange del
pacto electoral del PS, PC, PR y PPD, algo inédito desde el retorno a la
democracia. En definitiva la
candidatura presidencial de Alejandro Guillier ha carecido claramente durante
los últimos meses de un liderazgo, relato y contenido. Lo que ha quedado en
evidencia en sus disputas y controversias con medios de prensa, la asociación
de notarios, o incluso con los partidos de su propia coalición. Además se ha visto salpicado las últimas
semanas por el narcoescándalo del Partido Socialista en el Municipio de San
Ramón, en relación a la recaudación de las firmas para su candidatura, donde
optó por callar y no asumir una postura clara y frontal contra el vínculo entre
la política y el narcotráfico. Pero sin duda la “guinda de la torta” de la
campaña de Guillier fue anunciar que sólo presentará un compendio de su
programa, y que solamente después de la segunda vuelta presidencia se hará
público. Así las preguntas
que uno debe hacerse es por qué propuestas votarán sus electores el próximo 19
de noviembre? Qué pasará si Piñera gana en primera vuelta? Entonces no
conoceremos nunca el programa de Guillier? Esto es signo de improvisación o
amateurismo político? A esto se suma que la candidata de la DC, Carolina Goic,
ya anunció que dejará en suspenso acuerdo programático con el senador por
Antofagasta por falta de programa de gobierno.
A esta altura parece insólito que un candidato únicamente presente un
compendio y no su programa completo, en el que deje establecido las principales
medidas para un eventual futuro gobierno. En este escenario, con
una izquierda fragmentada política y electoralmente, con un gobierno débil y
con bajo apoyo ciudadano donde sus principales reformas (educacional,
tributaria y laboral) son rechazadas por la mayoría de los chilenos, la
candidatura de Alejandro Guillier aparece claramente despotenciada. Un dato
extra a tener en cuenta, según la última encuesta CEP, el 53% de los chilenos
señala que “tiene decidido no votar” por Guiller en noviembre próximo.
Finalmente, pese a
que las campañas electorales de los distintos candidatos presidenciales de la
izquierda o centroizquierda (Guillier, Sánchez, Goic o MEO) han realizado una
verdadera “campaña del terror” contra la candidatura de Piñera, e incluso la
administración de Michelle Bachelet y ministros -ante la “desesperación”- han
salido a la carga contra la candidatura presidencial de Piñera los últimos días
(Undurraga, Castillo, Delpiano, entre otros). Los resultados de los distintos
estudios de opinión (dejando en claro la salvedad de sus distintas
metodologías), demuestran que a esta altura la candidatura del candidato
presidencial de Chile Vamos aparece como incombustible –como lo fue la
candidatura de Michelle Bachelet el 2013-, y se alza favorito para imponerse
este 19 de noviembre. Claro que la última palabra la tienen los chilenos, lo
demás es música.