La inquietud me invade al sentarme para elaborar la reseña de un libro que resulta tan complejo como interesante, que parece decir «lo tomas o lo dejas». Olvídense de relajarse si abren las páginas de “Prólogo para una guerra”; es una tremebunda alegoría de la realidad donde el autor no pretende contar una historia concreta con principio, nudo y desenlace. La trama importa bien poco en esta parábola inundada de metáforas. Es tan arriesgada que puede triunfar o decepcionar en función de la mente del lector que tenga en sus manos esta propuesta.