. Buck (Hillsboro, Virginia Oc., 1882 – Danby, Vermont, 1973), fue hija de un misionero fanático y de una mujer que vio morir a cuatro hijos a causa de la disentería, el cólera o la malaria. Pearl llegó a China con sus padres a los tres meses y allí permaneció con algunas interrupciones hasta pasados los 40. Ese tiempo sirvió para alimentar el meollo de su literatura y para mostrar a Occidente, y sin exotismos, la dureza real de la vida rural en el país.
Recibió clases de su madre y de un tutor chino, y en 1911 marchó a Estados Unidos durante cuatro años, graduándose en el Macon Randolph College de Virginia. A su vuelta, Buck se casó, y se estableció en Nanking, dando clases de Literatura Inglesa en la Universidad de Nanking y en la Universidad Nacional China.
Su primera novela fue Viento del este, viento del oeste (1930), a la que siguió La buena tierra (1931), ambientada en la China de la década de 1920 y que tuvo gran éxito de crítica, recibiendo por ella el premio Pulitzer. La buena tierra forma la primera parte de una trilogía completada con Hijos (1932) y Una casa dividida (1935),En 1934 publicó La madre, y en 1938 recibió el premio Nobel de Literatura. Fue en 1942 cuando escribió La estirpe del dragón, otra epopeya al estilo de La buena tierra donde apoyó la lucha de los chinos contra el imperialismo japonés, en un relato que parte de una familia campesina que vive cerca de Nankín.En España, ya con el amplificador de las adaptaciones de Hollywood, sus novelas fueron el obligado fondo de armario de las bibliotecas familiares en los años 50 y 60.Pearl S. Buck escribió más de 85 libros, muchos de los cuales son novelas que ofrecen un amable retrato de China y sus gentes. Su producción literaria abarca géneros tan dispares como el relato, el teatro, el guión cinematográfico, la poesía, la literatura infantil, la biografía y hasta un libro de cocina.Su estilo sencillo y directo, y su preocupación por los valores fundamentales de la vida humana, tienen su origen en el estudio de la novela china.Buck, que fue una gran defensora de los derechos de las mujeres, llegó a adoptar hasta siete hijos más, los dos últimos mulatos, y en cierta manera fue pionera de las hoy habituales adopciones internacionales, abogando especialmente por los niños mestizos, muy habituales por el efecto colateral de la guerra y con muchos más problemas para ser acogidos entonces por las familias blancas.El eterno asombro (Ediciones B) es su última novela que escribió con 80 años, ya próxima a su muerte, y cuyo manuscrito perdido, y al parecer robado, apareció sorprendentemente en el 2012 en Tejas, casi 40 años después de que lo escribiera, en uno de esos trasteros de alquiler cuyo contenido suelen comprar los curiosos cuando nadie los reclama con la intención de descubrir alguna joya oculta.