Los políticos siguen metiéndose en los charcos con los ‘zapatos de
ir a misa’ y acaban siempre como niños
inquietos a quienes todo el mundo riñe.
Hace unos días oíamos hablar al
consejero de educación de Castilla y León de varios temas relacionados con la misma.
Debo confesar que, en algunas cuestiones, está amplia y extensamente
desinformado: no es lo mismo hablar de oídas que estar al pie del cañón todos
los días; es decir, en el aula con niños o adultos. Insisto: el consejero habla
por hablar y, por la forma de decirlo, comprobamos esa inseguridad en el
dominio de los temas.
Respecto a la tasa de reposición
debería informarse; el tema de la universidad no lo tiene muy claro y, en lo
que se refiere a la tasa de reposición en el ámbito de la enseñanza no
universitaria, no tiene los datos fiables y tampoco el planteamiento, aunque sí
está de acuerdo con reponer efectivos porque el porcentaje de interino se ha
disparado en Castilla y León, tanto como en otras comunidades. Como siempre,
los políticos siguen metiéndose en los charcos con los ‘zapatos de ir a misa’ y acaban siempre como niños inquietos
a quienes todo el mundo riñe.
En conocimiento y resolución de temas
educativos está mucho más formado e informado el actual director provincial de
educación de Valladolid que el propio consejero; no es de extrañar la intención
de Presidencia de sustituir al actual consejero de educación por el titular del
servicio periférico de educación. Pero confieso una maldad: si no se ha hecho
ese cambio es porque las elecciones están próximas y porque el actual consejero
se va a jubilar en breve por edad, a lo que hay que añadir la lentitud en
Presidencia para adoptar decisiones; así cubre el pelo a la comunidad más
despoblada del Estado y con mayor déficit. La Junta de Castilla y León debería
copiar del Ayuntamiento de Valladolid donde no se amontonan los temas
pendientes ni se dejan las decisiones para el día siguiente. Y es que, con
tanta gente mayor al frente del sistema educativo, no me extraña que las cosas
vayan como van en la Junta de Castilla y León; algo parecido pasa con las
prórrogas a profesores cuando cumplen los 70 años a lo largo del curso; pero de
este tipo de atrocidades que cometen al
respecto algunos miembros de la Obra hablaré otro día.
¿Y de la paulatina despoblación
en el ámbito educativo qué podemos decir? Pues otro tema donde el director
provincial lo tiene muy claro y “ve muy preocupante la situación”. En Castilla
y León el mundo rural tiene un problema muy serio, a la vez que el Partido
Popular no ha sabido buscar una estrategia seria para mitigar el problema.
Precisamente, esa despoblación donde más se nota es en el ámbito educativo. En
las Cortes de Castilla y León se les ha llenado la boca a los parlamentarios
con ese tema, pero han demostrado una brutal inutilidad, exactamente la misma
que los especialistas a los que han ‘invitado’ para trabajar sobre este tema.
La desfachatez del consejero es
echar la culpa a la comunidad, cuando su partido lleva años hablando de las
medidas para revertir el tema, pero unas medidas casposas, cutres,
improcedentes y que a nada conducen. Ahí están las pruebas. Hasta ahora las
soluciones han sido meros parches, vacías palabras y claros brindis al sol. ¡Ya
llegarán las elecciones autonómicas!
Por ejemplo: poner más rutas de
transporte escolar no parece que sea la solución, cuando la población disminuye.
Esos parches se demuestran en que hay localidades donde varios niños tienen que
acudir al colegio de la localidad de al lado, porque en la que residen no
admite la administración educativa que superen la ratio en uno o dos niños. ¿Se
puede ser más burros? Pues señores, en Castilla y León lo son. Si algo sobra
son notarios de este hecho. Doy fe.