Este artículo de mi autoría fue originalmente publicado en InfoNegocios (www.infonegocios.cl)
Si se quiere buscar algo consistente, de calidad y representativo en la economía griega, lo único interesante de mirar es el yogurt. Con un estado endeudado en alrededor de US$ 500 mil millones y un latente temor a caer en default, la economía helena es como un enfermo contagioso que a toda costa hay que salvar, ya que de lo contrario la peste se repartiría hacia Irlanda o Portugal como mínimo. Sin embargo, nuestro país está lejos del peligro, aunque no inmune (¡bendita globalización!) ya que Grecia no representa un actor relevante para el sector externo chileno. De los US$ 67.915 millones por concepto de exportaciones durante 2010, US$ 296 millones llegaron desde Grecia, esto sólo representó un 0,43% del total de envíos. Los compatriotas de Aristóteles y Platón compran en su mayoría cobre chileno, abarcando el metal rojo el 96% de las importaciones bilaterales entre Grecia y Chile.
Hay que considerar que sólo con China se exportaron US$ US$ 17.330 millones, lo que significa que por cada $ 4 que recibió Chile por sus envíos, $ 1 uno provenía del gigante asiático. Además, autoridades locales como ministro el de Hacienda, Felipe Larraín y el presidente del Banco Central,José de Gregorio, han señalado que el impacto de la crisis griega será muy acotado para el mercado local, ya que nuestros principales socios comerciales están en Asia y no en Europa.
Y para qué hablar de importaciones. Chile gastó en 2010 US$ 55.174 por el ingreso de productos extranjeros, el 0,01% fue por envíos desde Grecia, sólo US$ 6 millones anuales. Por éstos antecedentes y además que la mayoría de los expertos coincide en que la Unión Europea no permitirá la caída de la economía griega, salvándola a toda costa aunque ésta quede endeudada a mil años, el escenario chileno es prácticamente inmune a una enfermedad griega, pero sólo casi casi.