. Se puede estar o no de acuerdo
con la obra, en todo o en parte, pero es muy probable que esta
narración te resulte diferente a las demás. Sus actores principales no
son de carne y hueso. Eso desean ellos. Sus protagonistas son la Tierra,
el Agua, el Aire y el Fuego. Los Cuatro Elementos conjurados para
influir en los hombres y salvar a la Naturaleza. Pertenecen al mundo de
los dioses, de los mitos y de las creaciones del hombre en busca de
sentido.
Como
si de El Quijote se tratara, el lector habrá de decidir quién está
verdaderamente loco en esta historia, ¿el Profesor, ingresado en un
centro de salud mental, o el resto de la Humanidad? Motivos hay para
escuchar pacientemente las advertencias de un visionario que decidió
bajarse del mundo en marcha.
La
Vida expresada en la Naturaleza está librando una batalla crucial
contra la cultura. El devenir del hombre (especialmente a partir del
s.XVIII), autorizado por una nueva visión intelectual y religiosa, se
apoderó de la Naturaleza cegado por la soberbia. Esa misma
transformación se está produciendo ahora sobre el ser humano, “el hombre
biónico”, cuyas consecuencias todavía no se acaban de definir. Echando
la vista atrás, tenemos motivos para la preocupación.
A
nadie se le escapa que el viejo Profesor de economía no es otro que el
mismo José Luis. Su pensamiento sereno, realizado desde la perspectiva
que otorga la longevidad, inspira al lector. El tema ya ha estado
presente en anteriores libros. Por citar uno, “La ciencia y la vida”
escrito a partir de una serie de diálogos mantenidos con el cardiólogo
Valentín Fuster. Tampoco es nueva su visión de la vertiente espiritual
en el ser humano. Su concepción materialista le lleva a afirmar que los
Dioses y los Elementos son creación del hombre. Sin embargo, como
humanista, se recrea en la mitología griega con su bella prosa y
sensibilidad. Son las mismas contradicciones, la síntesis de los
opuestos reflejados en su obra.
En
este libro, el vínculo con la Vida, el intermediario con los Elementos,
es un “loco” Profesor. Tierra, Agua, Aire y Fuego se reúnen para
brindar por los grandes personajes de la historia y para encontrar la
manera de advertirnos, a los hombres, acerca del riesgo que encierra la
encrucijada en la que nos encontramos. Dios quiera que estemos a tiempo
de reaccionar.Reseña realizada por Antonio Lozano