Artículo escrito por Raysan para el Taller Escritura El Libro Durmiente.
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Escribir con palmeros.
Artículo escrito por Raysan el 22 de febrero de 2014 para el Taller de Escritura Creativa de El Libro Durmiente (ELD).
¿Saber escribir o ser reconocido?
Es conocido en el mundo editorial
que, en la actualidad, nadie te publicará un libro sin la mediación de
un agente literario. Las editoriales reciben cantidades ingentes de
manuscritos que aguardan para ser leídos. Algunos pocos verán la luz; la
mayoría dormirá un sueño eterno en la brumosa antesala de los
escritores desconocidos. En el limbo indefinido de la no-publicación se
hallan muchos escritores que han abandonado su condición de lector para
aventurarse en un más allá desconocido, sin llegar a tocar el cielo
reservado a los escritores.Sí,
llegar a ser considerado escritor es un privilegio que pocos alcanzan;
muchos otros habrán quedado en el camino mientras tanto. A pesar de que
se haya dicho que un escritor lo es en la medida que otros lo consideran
como tal, escribir es un acto vocacional en que se embarca el alma en
solitario. No obstante, más allá de las opiniones ajenas, el propio
escritor sabe en su fuero interno, el poder que alcanza su vocación de
transmitir; cuando ese anhelo profundo enraíza en su corazón, ya no
podrá dejar de escribir. El reconocimiento y las verdaderas
capacidades para escribir no siempre caminan por la misma senda.
Ejemplos hay muchos, pero bastará citar a la autora británica E.L. James
y su afamado libro 50 sombras de Grey.
Escribir con palmeros.
En cambio, las editoriales consideran
que un escritor debe venir a este mundo con un pan bajo el brazo. Me
comentaba a modo de confidencia mi agente literario —porque hoy en día
no eres nadie sin tu agente literario— que las editoriales analizan
minuciosamente la conducta en las redes sociales de un posible escritor.
Antes de publicar tus escritos necesitan comprobar que tienes un buen
número de allegados que corean tus ocurrencias, de conocidos que ríen
tus gracias a distancia, seguidores por control remoto que mantienen contigo una amistad virtual.Visto así, si no te secundan no
mereces alcanzar el paraíso de los escritores, porque no eres rentable.
Una editorial evalúa con tiento tus amigos y parientes, y el número de palmeros
que acompañan tu baile. Tus múltiples contactos auguran cuantiosas
ventas, porque una vez editado el libro, cuando la editorial se
aletargue para evitar gastos innecesarios, serás tu propio agente
comercial, un correveidile de lujo que ha de verse inspirado por el
mismísimo Mercurio para salir a flote en dicha empresa.¡Cuántos verdaderos escritores no
habrán perecido en las fauces del olvido por falta de acólitos y
palmeros! Más les hubiera valido merodear a las puertas de festines y
palacios, poniendo en valor —tal como se dice ahora— su capacidad de
relación social, aún a costa de sacrificar el tiempo que debieran haber
dedicado a la bella escritura. Es conocido, que la escritura pulcra y
esmerada no tiene tantos adeptos como pretenden las editoriales. En
cambio, los amigos fáciles se prestan antes a halagos y reconocimientos
que a minuciosas lecturas donde se descubran las mieles de un buen
libro. En verdad, nuestro mundo está perdiendo los papeles,
inmerso en una carencia de ética ostensible. Más valiera ser un escritor
en el apartado rincón oscuro del alma que un insatisfecho divulgador de
manuscritos mediocres. Ser jaleado no siempre se corresponde
con una virtud a tener en cuenta: si te corean los mediocres tu sombra
será fugaz, y tan huidiza como la fama; si los clásicos te escuchan con
atención desde la distancia de sus tumbas, sabrás que tus pies transitan
un verdadero camino. Porque ser escritor guarda relación con el camino
que has de seguir para encontrarte a ti mismo.
El lector cualificado.
Tú que me lees, no te conformes con
ser un palmero de escritores mediocres; tampoco corees los nombres de
quienes no sacudan tu alma echando la puerta abajo… No secundes en vano a
quienes no amplíen los horizontes de la literatura, antes bien, calla
indulgente y sonríe con cortesía cuando cierres un libro que no merezca
ser leído. No te conformes con ser un lector mediocre que devora los
libros que otros le acercan interesadamente: sé un lector cualificado,
consciente de tu necesidad de leer para descubrir la vida; mide, sopesa
con usura el tiempo de que dispones y no hagas dispendio de él con
excesiva alegría, pues es tan breve como la vida.No encumbres a quienes pretenden el
halago fácil o corren tras amistades virtuales; no corras tú la misma
suerte, pues serás devorado por el tiempo superficial que a todos nos
alcanza. Libérate de la redes de un mundo vacío que tan solo cuida la
apariencia, porque aquellos que pretenden ser escritores en el mañana
reclaman de ti la solidez de un lector comprometido con su tiempo, un
lector inteligente que ha de descubrir entre líneas, sin prisa y ajeno a
las alharacas del mundo, las semillas de oro que se encuentran
escondidas en los libros atemporales, aquellos que duermen a la espera
de un lector capaz de trascender a su tiempo.http://raysan2012.wordpress.com/2014/02/22/escribir-con-palmeros/