Tres miembros de una familia
han resultado hoy muertos en un incendio de vivienda ocurrido en Vélez Malaga.
Junto a ellos, una madre y sus dos hijos han resultado heridos. Una tragedia que
sin duda hubiera sido mayor sin la rápida intervención del 112 de Andalucía y de
los Bomberos. Sin embargo, una vez más las críticas han llegado. Han surgido
cusaciones de ineficacia contra los "Mata fuegos", sin embargo una correcta
gestión comunicativa ha logrado situar la noticia en sus justos términos. Este
siniestro no ha sido el desastre de gestión comunicativa en que se convirtió el
incendio de Ecija, años atrás.
Era 20
de abril de 2006. Seis personas fallecieron en aquella ocasión. Los bomberos
nada pudieron hacer por salvarlas. Sin embargo, la irá popular en Ecija se
desató contra ellos acabando en un intento de linchamiento, cuya imagen
recogieron con profusión las televisiones. Eso sí, lo que no mostraron fue la
explicación de los profesionales de la emergencia. Ni un testimonio. Nadie
habló. Nadie fue en busca de los Medios para dar su versión en el mismo lugar. Y
si lo hicieron, no tuvieron éxito. Habló eso sí el sindicato de bomberos. Pero
faltó un portavoz de los propios intervinientes y seguramente información clara
y puntual a las propias familias en el lugar.
El incendio de Vélez
Malaga
Lamentablemente se produce un caso similar, aunque sin la
inusitada violencia desatada en Ecija. También ha habido críticas. Primero que
habían tardado mucho los bomberos. Cuando se demuestra que sólo 7 minutos, pasan
a criticarlos por ineficaces. Algunos afirman que no accedieron por el lugar
correcto. En definitiva, cada uno lo
cuenta según lo ve.
Sin embargo, ahora las cosas, desde el punto de
vista de la gestión informativa, han ido mejor. Los bomberos han podido
explicarse. Han dado la cara, han ocupado su espacio como fuente
solvente y creíble. Y esto ha hecho que los Medios hayan tenido que ir
retrocediendo con las críticas que eran sonoras por la mañana y por la noche
casi habían desaparecido de los telediarios.
Lo que demuestra la necesidad de
tener portavoces en los siniestros. Si además alguien se hubiera podido ocupar
desde el principio de informar a los vecinos de cómo se realizaban los trabajos
y se hubiera atendido a los Medios desde el inicio, seguramente la gestión
comunicativa se hubiera podido mejorar. Eso sí, las verdaderas víctimas son sólo
unas: las familias de los fallecidos. Para ellos mi cariño.