Novela intelectual y tercera (aunque
referida a hechos cronológicamente anteriores) de la trilogía <> de Pío Baroja, publicada en 1911, cuyos primeros títulos
son La dama errante y La ciudad de la niebla, aunque apenas se relaciona con ellas por la coincidencia de algún personaje.
La
protesta social y política, reflejo ideológico de la generación del 98,
y el espíritu de su autor se combinan con la condición humana, su
interpretación y la adecuación del proceder del hombre, todo ello a
través de la ficción novelesca. Es el ambiente de la vida bohemia
madrileña entre los años 1887 y 1889.
La
trama es sencilla y está organizada en siete partes. Las tres primeras
están dedicadas a la formación del personaje central, Andrés Hurtado, en
el amplio sentido de la palabra: mundo familiar, ambiente universitario
y hospitalario, medio social…La cuarta parte, centro de la obra, se
dedica a la reflexión. Las tres últimas partes narran la experiencia
personal y humana del hombre maduro.
La primera parte
cuenta la vida de Andrés como estudiante en Madrid, que comienza
Medicina y pronto se decepciona. En casa las relaciones de Andrés con su
padre son difíciles, aunque más tiernas con sus hermanos. No encuentra
acomodo en la vida que lo envuelve. Resalta la narración el entorno de
los estudiantes madrileños de la época en unas aulas intelectualmente
vacías, con profesores que no dicen nada de interés, y libros de escasa
utilidad. En su familia no encuentra cariño porque no existe. Sus amigos
son egoístas.
En la segunda parte,
Andrés visita la casa de Niní, novia de su compañero de estudios
Aracil, y conoce a Lulú, la hermana de aquélla. Las clases sociales
españolas, despiezadas desde la familia real hasta las prostitutas de
doña Leonarda, son rememoradas en un cruel y despiadado análisis. Los
vicios de las costumbres humanas se presentan ante él como algo
insuperable. El talante de los españoles es inaceptable y la idea de
destrucción, de abulia, conducen al personaje a posiciones cada vez más
tensas y extremistas, muchas veces en la línea radical revolucionaria,
pero más ideológica que activa.
En la tercera parte,
Andrés ya ha terminado la carrera. Pasa algún tiempo en un pueblo de
Valencia para acompañar a su hermano menor que está enfermo, en busca de
un clima adecuado que mejore su salud. Marcha después a Burgos como
médico sustituto de un pueblecito durante dos meses, y allí recibe la
noticia de la muerte de su hermano. Se siente muy afectado y preocupado.
Su conciencia se resiente por la maldad de la vida.
La cuarta parte
supone un denso paréntesis en la acción general para que el
protagonista y su tío Iturrioz hablen en extenso diálogo sobre los
pilares de la existencia humana. <>. Como la vida no
tiene finalidad significativa y no puede explicarse por referencia a
ningún sistema de verdades absolutas, comer del árbol de la ciencia
conduce directamente a la miseria y la abulia. La vida no tiene ninguna
finalidad explicable y tampoco puede explicarse con un sistema de
verdades absolutas. Para el joven Andrés hay que seguir adelante con el
análisis intelectual sin tener en cuenta sus consecuencias.
La quinta parte
es vivida por el protagonista como médico en Alcolea del Campo, donde
<>, que Baroja aprovecha para lanzar durísimas críticas
contra esa sociedad inmovilista y decadente, individualista, microcosmos
de una nación económicamente paralizada y políticamente corrupta.
En la sexta parte se deja notar el ambiente madrileño que precede al desastre del 98. Trabaja Andrés como médico de higiene y se enamora de Lulú.
En la séptima parte,
Andrés consigue un trabajo de preparación y traducción de artículos
científicos. Trabaja en casa y no ve a nadie. Se casa, desanimado y
falto de voluntad, con Lulú en busca de la salvación en el amor. Durante
unos cuantos meses, los que siguen a la boda, vive feliz con ella en su
trabajo intelectual. Es un breve período de felicidad en el que las
relaciones son óptimas, pero el reconocimiento de su futura paternidad
le hace recuperar el pesimismo; una responsabilidad tan grande sobre
otro ser le asusta. Entiende entonces Lulú que su marido rechaza al hijo
y, asustada, tiene un mal parto y mueren ambos. Andrés, atormentado, se
suicida con veneno antes del entierro de su mujer.
Ni
la familia, ni la medicina, ni la ciencia, ni la clase intelectual
española han servido a Andrés para encontrar una razón a la existencia.
Agotadas las vías, solo quedaba la muerte. Incapaz de lograr un sistema
satisfactorio de ideas mentales y espirituales, Andrés va perdiendo
progresivamente su identidad. Su pensamiento se inclina hacia el
radicalismo revolucionario: <<¿Tú quieres ser libre? Tienes que
ser inmortal>>. El republicano Hurtado, el idealista Montaner y el
oportunista Aracil son las personas más cercanas al personaje. El tono
es corrosivo y cruel en la descripción de personas y acontecimientos. La
prosa es sencilla, ágil y directa. Baroja maneja la ironía y la
mordacidad para dar vida a un texto lleno de fuerzas, de teorías, de
emoción contenida, de protesta social y de política, de despiadado
análisis de todas las clases sociales. En los años en que se desarrolla
la acción, la biografía de Baroja señala situaciones análogas: su
carrera, su fracaso como médico, las ideas sobre la religión, la
misantropía, la misoginia, las lecturas, incluso el carácter y la
opinión del protagonista son reflejo de Baroja. La hermana de Andrés
Hurtado, Margarita, recuerda rasgos de Carmen, la hermana del escritor;
el episodio de la muerte del hermano de Andrés por enfermedad parece
inspirarse en la muerte real de Darío, hermano de Pío Baroja, a quien
tampoco se consiguió salvar la vida. Iturrioz es la contrafigura de
Justo Goñi, tío del novelista, partidario de la acción y la disciplina; y
en la crisis de Andrés muchos críticos han visto la actitud y talante
del propio escritor. En el lado negativo pesan sobre el orgullo de
Baroja los prejuicios anticlericales, antirreligiosos y antisemitas.
Está considerada como una de las novelas más importantes de Baroja por
su densidad, tratamiento y estilo, pero también por el número de
ediciones en lengua original y en traducciones.