La palabra
constancia proviene del latín
constantĭa, esta palabra significa firmeza y perseverancia en cuanto a
las actividades y a los propósitos en los que estemos enfocados.
Una definición que
me gusta mucho es que la constancia significa perseverar en la virtud y en
mantener la gracia; hasta la muerte.
Realmente esta frase
me impacta y me confronta ya que me hace pensar en la importancia de seguir
poniendo el mismo empeño y la misma dedicación en las actividades que practico
diariamente. Ya sean actividades que elegimos o en las que se nos asignan aun
cuando no son de nuestro agrado tales como ir a la escuela y tomar ciertas
materias que no nos gustan.
Pero si ponemos
empeño y nos esforzamos podemos ser buenos en lo que hacemos y lo mejor de esto
es que cumpliendo con ciertos requisitos será mucho más fácil llegar a la meta
que tenemos en nuestra mente.
La mejor edad en la
que podemos aprender a ser constantes es desde niños aproximadamente desde los
cuatro años ya que a esa edad es cuando entramos a la escuela ahí se nos enseña
a ser constantes de distintas maneras la principal es levantarnos a la misma
hora durante toda la semana, bañarnos y dejar arreglada nuestra recamara, otra
manera en que aprendemos a ser constantes es en las tardes haciendo las tareas
que nos dejan y dedicando cierto tiempo de nuestra tarde en estudiar o dar un
repaso a lo que aprendimos.
Así se aprende a ser
constante y no solo eso sino a ir teniendo hábitos, entonces el beneficio es
mayor para nosotros.
Cuando las personas
no son constantes cuentan con algunas desventajas, por ejemplo las personas
inconstantes se dan a notar cuando prometen algo y no lo hacen o cuando dejan
de hacer alguna de sus actividades por preferir irse con amigos. Esto no solo
nos habla de su falta de compromiso sino de su falta de constancia.
Si no eres constante
en las tareas que practicas en tu vida diaria, todavía puedes empezar.
Recuerda que nunca
es tarde para hacer un cambio en tu vida en especial cuando es para bien.