. Desde
principios del siglo XVIII, en que se reconstruye, y hasta la tercera
década del presente siglo, la casa ha sido habitada sin interrupción por
la familia que la levantó. El ascenso de la familia culminó con la
entrada en la Orden de Santiago de D. Pedro Antonio Buenaventura de Orduña y García.
La familia procuró a sus miembros la mejor y más sólida formación
cultural que fuera posible. Durante la segunda mitad del siglo XIX, la
familia Orduña por medio de uno de sus miembros: D. Joaquín Mª de Orduña y Feliu actuó en la vida política, comarcal y provincial.
Fue
este el momento de máximo esplendor de la Casa y quedó patente en su
decoración. A pesar de todo, no hay que olvidar que siempre fue una gran
casa en un pueblo pequeño, inmersa en un ambiente rural y endogámico,
muy alejada geográficamente de la capital y de sus influencias, lo cual
puede justificar la conservación íntegra de su biblioteca.
LA BIBLIOTECA, SU ESPACIO FÍSICOLa
biblioteca se ubicaba en una habitación situada en la primera planta
con orientación norte. Poseia una puerta de doble hoja que la cerraba y
una ventana en buen estado. La habitación estaba afectada de humedad
debido a goteras y filtraciones, que incidieron negativamente en la
conservación de algunos volúmenes. La mayor parte de libros estaban en
simples estantes de madera pintada de marrón, sin ningún tipo de
protección ni adorno. Algunos volúmenes estaban atacados
por polilla o por hongos aunque el estado de conservación era bueno y
sólo necesitó, limpieza, aireación y eliminación de papirófagos. METODOLOGÍAEl
registro se realizó (de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo)
siguiendo el orden topográfico establecido por los antiguos moradores de
la Casa, empezando por los que se hallaban en el despacho de la
entreplanta, continuando por las estanterías que se encontraban, en la
biblioteca, siguiendo la dirección de las agujas del reloj, para
continuar con los localizados en el armario-archivo y acabar con los
descubiertos en el desván. Al tiempo que
eran inscritos en el libro correspondiente, se anotaba en el volumen, el
número de registro de acuerdo con la normativa bibliotecaria.Dado
que el registro se realizó por títulos expresados en las portadas con
posterior anotación de los volúmenes existentes de una misma obra, se
plantearon diversos problemas que hubo que solventar ateniéndose a las
normas existentes. El resultado final del
registro fue de 686 entradas, que suman un total de 1265 volúmenes
(entre el siglo XVI y el siglo XX, pasando por la cronología
revolucionaria y los registros sine anno). Los libros presentan diversos formatos: folio, cuarto, octavo, etc., y formas de encuadernación: pergamino, cuero, rústica, etc.CATÁLOGOEl
catálogo del Fondo antiguo de la biblioteca de la Casa Orduña de
Castell de Guadalest, recoge todas las publicaciones cuya impresión
comenzó antes del 31 de diciembre de 1800. El catálogo se ha realizado siguiento las
REGLAS DE CATALOGACIÓN, I Monografías y Publicaciones Seriadas,
Ministerio de Cultura, Madrid, la I S B D (A) DESCRIPCIÓN BIBLIOGRÁFICA
INTERNACIONAL NORMALIZADA PARA PUBLICACIONES ANTIGUAS [Madrid], 1993 y las directrices del Servei del llibre, Arxius i Biblioteques. Conselleria de Cultura, Educació i Ciència de la Generalitat Valenciana. Se
ordena alfabéticamente por autores personales o institucionales y por
la primera palabra significativa del título en las obras anónimas. Las
diversas obras de un autor se ordenan alfabéticamente, y las diferentes
ediciones de una misma obra, se ordenan cronológicamente. La
flexibilidad de la norma permitió que en los encabezamientos se haya
procurado introducir las fechas de nacimiento y óbito, así como la orden
religiosa a la que pertenece el autor, caso de su pertenencia al clero
regular. LOS ÍNDICESEl Catálogo se complementa con seis índices alfabéticos, que remiten al lector al registro catalográfico:* Índice onomástico de autores y colaboradores.
Está formado por los nombres de los responsables personales,
institucionales o la primera palabra significativa en las obras anónimas
de las publicaciones. Incluye mención de seudónimos y aclaración de
onomásticos latinos.* Lugares de impresión, edición o venta.
Queda ordenado alfabéticamente por ciudades, con el topónimo actual en
castellano seguido entre paréntesis del nombre latino cuando se
considera poco conocido. * Índice onomástico de impresores, editores y libreros. * Índice de títulos. * Índice de los <<Exlibris>> y <<Procedencias>>.
Expresa la literalidad de los textos impresos o manuscritos
referenciados en el área de notas del ejemplar. En el índice se refleja
la fecha y el volumen en que aparecen. Se trata de proporcionar a
futuros investigadores un mejor acceso a las personas y entidades que
ayudaron a conformar la Biblioteca en su estado actual.FORMACIÓN DE LA BIBLIOTECALa
biblioteca de la <<Casa Orduña>> no es obra de un sólo
individuo, en ella se percibe una idea de familia, de generaciones
arraigadas en un solar. Es una construcción en el tiempo que nos revela a
sus lectores, intereses, necesidades, gustos, aficiones, profesión,
incluso lenguas que se hablaban o se entendían, ideas que sostenían o
rechazaban, corrientes intelectuales establecidas que pretendían
interpretar la sociedad, la cultura, la política, la religión, etc. Lo habitual es establecer todos estos estudios sobre catálogos en inventarios post mortem encontrados en protocolos notariales. Como señala D. Genaro Lamarca Langa
los problemas metodológicos son importantes: El ocultamiento de
bibliotecas, el ocultamiento del contenido de las mismas, la
identificación de las obras, son en gran manera los escollos más
importantes que el investigador debe sortear cuando sólo puede utilizar
estos listados.El estudio de la biblioteca
de la <<Casa Orduña>> ha sido mucho más gratificante. El
investigador ha tenido acceso a una biblioteca familiar, fosilizada,
desconocida e intacta. Las dificultades metodológicas son menores, en
tanto que el objeto de estudio está físicamente en sus manos, y han
quedado reflejadas en el aparato REGISTRO y CATALOGACIÓN.Como
sabemos la estirpe de los Orduña llegó al Castell de Guadalest a
mediados del siglo XVI, afianzándose en el Valle gracias a los sucesivos
empleos como Alcaides y Procuradores, y por la acumulación de tierras
en especial las que quedaron libres tras la expulsión de los moriscos en
1609. Ante la ausencia de datos poco más podemos hacer que especular
sobre quiénes fueron los que aportaron los libros más antiguos. Quizá D. Antonio de Orduña y García (1712-1784) y su hermano D. José dejaron en la biblioteca libros como: Disputationum de Sancto Matrimonii Sacramento de Tomás Sánchez.El personaje documentado que más títulos aportó a la biblioteca es sin duad D. Francisco de Paula Orduña y Corbí (hijo de D. Pedro de Orduña y Doña Teresa Corbí). De Doña Ysabel de Orduña
(sic.) se referencian un número considerable de títulos: 47, 171, 227,
235, 265, 271, 366, 410, 500, 569. Todos ellos son libros devotos.Los hijos de D. Carlos de Orduña y Corbí: D. Carlos, D. José y Doña María de Orduña y Ciscar
también aportaron títulos: 82, 137, 138, 140, 150, 256, 268, 289, 368,
505, 506, 529, 574 que recuerdan su formación académica y el pleito de
reversión del Marquesado a la Corona. Este primer momento
de formación de la biblioteca se caracteriza por la inclusión en la
misma de temas jurídicos; históricos, tanto de Historia general, como
aquellos que hacen referencia a las disputas sobre el origen del Derecho
Patrio; las tensiones pro y antijesuísticas; la formación cultural de
los miembros de la familia, de marcado carácter clásico.En los
archivos consultados no hemos encontrado información sobre los bienes
muebles del Convento susceptibles de ser vendidos, si bien, existe,
referida a otros conventos provinciales. Los objetos de culto pasaron a
depender de las respectivas parroquias. ¿Qué pasó con la biblioteca
conventual? Lo desconocemos. Probablemente D. Carlos de Orduña y Ciscar
hizo uso de una vieja carta que exhibió en otras ocasiones, o hizo valer
el entronque, siempre recordado, de la familia con la Orden
Franciscana. Las notas de procedencia nos indican un segundo momento,
en el que entran obras procedentes del Convento de San Sebastián de
Menores Capuchinos de San Francisco de Callosa d'en Sarrià. El citado
convento era una fundación del primer tercio del siglo XVIII. El tercer momento y último de formación gira en torno a la figura de D. Joaquín María de Orduña y Feliu, quien aglutina a su alrededor una extensa familia. En
este momento entra en la biblioteca literatura jurídica, textos legales
emanados de las Camaras Legislativas que progresivamente iban
introduciendo en España los avances del liberalismo europeo,
reglamentos.(Fuente. La catalogación del fondo antiguo de la Biblioteca de la Casa de Orduña del Castell de Guadalest / Juan Pedro Martínez Solbes. Alicante: Instituto Juan Gil Albert, 1999)